Hace poco tiempo comenté de pasada que una de las tareas veraniegas pendientes que tenÃa era ordenar el garage (que a veces lo escribo con ge y a veces lo escribo con jota, pero siempre lo escribiré como me salga de las pelotas). Ahora me paso un buen rato de cada tarde en ello. Y eso no quiere decir sólo mover cajas, sino hacer taladros, tirar cable, colocar enchufes, colocar cada herramienta en su nuevo lugar etc. Dentro de nada sólo quedará pintar. Vamos, adecentarlo como se debÃa haber hecho desde un principio.
Pero la primera fase, que sà era mover cajas, -las que no cupieron en mi habitación, que una buhardilla no deja de ser un trastero, habitado, pero trastero- incluÃa la de deshacerse de antigüedades. Ya sea donándolo a unas monjas, regalándoselo a tu primo pequeño o tirándolo directamente a la basura. Y entre tanta caja aparecieron las pelÃculas de cuando hasta yo era joven, «Anda, mira, Los Rescatadores, ¿te acuerdas cuánto te gustaba?, ¿la dejamos?». Y por ahà no paso.
Aparecieron muchas cintas, decenas, probablemente más de cien. Muchas eran vÃdeos familiares sobre vacaciones o la boda de unos tÃos segundos (o mi propia comunión) que ves a la semana de terminar el acto y luego nunca más se supo. Aunque no lo vayas a ver nunca más, ¿cómo vas a tirar eso? Asà que salvé de la quema pelÃculas de este tipo a sabiendas de que se quedarán en otra caja otros tantos años más, porque dudo que las pase a un disco duro. En cambio todo lo que fuese ficción, fuera. Aquà me puse categórico. Y es que si quiero ver Los Rescatadores me es más cómodo buscar su torrent y hacer un doble click que bajar al garaje e intentar encontrarla, luego hacer funcionar el vÃdeo y rebobinar la cinta (algo de lo que ya no me acuerdo ni de cómo se hacÃa sin meter el dedo y arañarme con ese borde blanco plasticoso). No recordaba ni lo incómodo que era. Y me da igual que esa pelÃcula fuese original, el DIVX se verá seguramente mejor y apuesto a que puedo encontrarla remasterizada en alta definición. No queremos para nada una copia de Mary Poppins grabada de la televisión, ni la de los Aristogatos grabada de la que alquilamos al videoclub (un proceso que podemos definir como P2P 1.0).
Es un formato muerto, y menos mal. Los aparatos de vÃdeo ya casi ni se encuentran, las cintas eran caras (extremadamente caras comparadas con el precio de un CD o un DVD canon incluÃdo, normal que se utilicen para copias de seguridad y poco más), ocupan mucho espacio y se deterioran con más facilidad. Nos dijeron que los DVD con función de grabar eran el futuro, pero realmente la gente no graba cosas. Ni en cintas, ni en DVDs ni en discos duros. Hemos superado esa etapa. Si pillamos un programa que nos gusta, genial, de lo contrario seguro que podemos encontrarlo en Youtube o en el seriesyonkis del momento. Y es como debe ser. TodavÃa me saca una sonrisa que alguna vieja gloria del show business nos advierta de que lo que se aproxima es espectacular, «no olviden programar sus vÃdeos o se arrepentirán». Total, saldrá en todos los programas de zapping.
Visto en: El ritmo del garaje.