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Pensando en alto Tecnología

¿Y tú, ya tienes tu dominio .co?

Atención esos amigos del phising, nuevas aguas sobre las que navegar y echar nuestras redes. Los dominios .co. Efectivamente yo he ido como un niño pequeño a ver si estaba disponible algo como elge.co, co.co, po.co, lo.co, to.co y demás tonterías, luego pasé a elcorteingles.co, y de ahí, a los niños grandes, cajas de ahorros y bancos. Probé con un puñado de dominios del grupo que más se juegan en estos asuntos.

El resultado, decepcionante.

Cajas de ahorros y bancos sin dominio

De verdad me quedo con ganas de registrar alguno, de hecho he comenzado el proceso de compra. No sabría chantajear después, dándoles mi dirección de Paypal o una cuenta bancaria (no he leído términos y condiciones, ni idea de hasta qué punto es legal), así que, con el rabo entre las piernas, di marcha atrás. Si preguntáis para qué los quería, es fácil, me siento más seguro si son míos que de un hacker chino (y si me los recompran mejor que mejor). Me parece vergonzoso que esta gente que se gasta millones en seguridad estén siendo los últimos en soltar los 23 euros que me pide GoDaddy por cada nombre.

En fin, otro día más en el que no me hago rico.

Visto en: Límpiate que tienes un mo.co.

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Apple Pensando en alto Tecnología

Arreglar la conexión de una clavija de auriculares

Pues resulta que andaba yo el otro día por la calle, o así, cuando de repente me para una chavala impresionantemente atractiva, digo «Esta es la mía, próxima parada, Isla Paradiso». Y nos pusimos a hablar, «A ver qué tal se maneja con la boca» pensaba yo, y de estas que me pilla en un descuido y quiere probar mis cascos, por compartir estas estupideces se comienza, creo yo, pero oh cruel destino, venganza kármica, extraña presencia perturbadora traída a mi vida por el mismo Belcebú, que va el iPod y decide joder (no literalmente pese a todo lo anterior) dejando de lado todo lo que vaya al canal derecho del audio. Después de 4 años no encontró momento mejor, hasta luego Kelly Brook. Ya mamé.

El caso es que soy un caso. Y sí, por problemas de desgaste la cavidad donde se introduce eso que rima con lo del anuncio de la miss se quedó tal cual, pero no así la del juguetito chino diseñado en California, o las oficinas de Gizmodo, lo que sea. No hay contacto entre la clavija y el orificio en la sección correspondiente al canal derecho. Se hace la ñapa apretando en una posición incómoda. A priori parece sencillo, coger reproductor, salvar canciones, formatear, envolver para regalo, dejarlo en mi puerta, sorprenderme por encontrarme un misterioso disco duro de 30GB. Luego, para compensar, comprar otro.

Pero no. No porque yo (yo, que para ser feliz quiero un diplodocus hembra, de tamaño de bolsillo, para pasearlo cual perrito) he pensado en arreglarlo, pues no deja de funcionar medianamente -a medias, literal-, sí, la batería ha perdido bastantes puntos desde que lo estrené y la pantalla tiene unos cuántos píxeles en huelga debido a reiteradas caídas y algún pisotón, incluso una vez se me cayó (a un charco) y al ir a recogerlo lo pisé haciendo que se hundiera un poquito más en el barro, y el hecho de que no pueda utilizarlo cómodamente por tamaña tontería me crea un sarpullido que me gustaría erradicar ASAP, para los que no ven Gossip Girl… bueno, que salen mozas, nenes. Para ello acudí con prontitud a iFixit para ver el cómo se hace. Y ya he preguntado por ahí, dicen que muy complicado no es (la parte de Jack, destripar el aparato), el miedo siempre presente en estas operaciones a byte abierto es claro, a ver si voy a gastarme los duros en las piezas, lo intento montar, pierdo una tarde y al final no consigo hacerlo funcionar o lo dejo peor.

Pide piezas, espera sentado (con media oreja quemada a decibelios incendiarios y otra fresca cual lechuga por la mañana con las gotitas del rocío y un caracol encima), ponte a hacer la ñapa, reza tres padrenuestros, haz fotos de cómo estaba todo antes de empezar a meter el bisturí de punta plana y confía en recibir la inspiración Pielhoff, es broma, me manejo sorprendentemente bien con herramientas. Que no es por tirarme flores, pero en estos casos suelo apañarme bien. La pega real es el tiempo de espera.

Porque seamos sinceros, puedo dejarme caer por El Corte Inglés, echar un ojo a las nuevas chicas de perfumería, que me droguen, subir a Electrónica, decir que me den uno de esos, que lo pongan para regalo y salir corriendo antes de que den alcance a mi MasterCard, que ya tiene guasa lo de Master, si no pasa de Nivel 1 ni de coña. Pero esto es así, no me parece decente destinar el 76,3% de mi sueldo a nada, se siente, Jobs. Y se siente Amazon.

Así pues, explicado el problema y las posibles soluciones, ¿alguna experiencia en estos temas?, ¿termino bajándome los pantalones y comprándome el cacharrito?

Se abren las piernas, digo, las apuestas. Que no sé qué hacer con mi estantería, digo, myself. Coño, ¡otro tripi! ¡Gol de Raúl!

Visto en: iPod 5G, que ya es gravedad.

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Apple Pensando en alto Tecnología

El mundo no está preparado para HTML 5

Por mucho que Apple se empeñe. Para empezar, el debate de HTML5 contra Flash me parece estúpido (como tantas otras cosas, yo en mi línea) ya que son dos herramientas, sin más. Vamos a ver, si a un diseñador gráfico le preguntas si prefiere la tableta gráfica al papel y lápiz te dirá que se queda con ambas, porque son herramientas y la existencia de una no debe eliminar a la otra, o así lo entiendo yo -y Google-. Si Apple reniega de Flash porque, en efecto, es la aplicación que más consigue tirar abajo su navegador, (cosa que no pasa en un Linux de 64 bits donde, directamente, ni termina de arrancar bien, pero parece que sólo me quejo yo) debería replantear la estrategia. Si el perro tiene rabia, en lugar de matarlo, permite que los que se dedican a la investigación propia de la enfermedad saquen una vacuna válida. Porque, en efecto, si no hay Flash no hay cuelgues. Fin del asunto. Me gustaría que todo esto se les cayera encima como todo el chiringuito .me.

HTML 5 está en pañales, hablar y alardear de que un navegador lo soporta es complicado porque ni siquiera es un estándar definido. Y aquí, como de costumbre, mis rencillas con W3C y lo que cada uno entiende por estándar, si el 90% de los navegadores son capaces de tirar para adelante con Flash y un 20% de ellos dice que es capaz de interpretar HTML 5 (cada uno a su manera), creo que lo estándar es el Flash, que tiene mayor porcentaje. Y es que el problema que encontramos es que la gente se alarma diciendo que Flash es propietario (de la antigua Macromedia ahora parte de Adobe) y eso mete mucho miedo sin saber por qué (mientras que el desarrollo de HTML 5 está en manos de una organización independiente perroflautista, que me parece peor). Esto desembocará en que, como con JavaScript, cada navegador hará lo que le dé la gana al interpretar el código. Porque ya está siendo así y así seguirá hasta que se decidan a sacarlo en condiciones. Mientras que Flash, un Applet de Java, Active X etc es interpretado por sus correspondientes clientes ahora el navegador deberá ocuparse de todo, ¿recordáis aquella máxima de UNIX que decía «Una aplicación para cada cosa»? Pues a tomar por culo, y en el aspecto de Active X me parece de perlas pero Flash y Java están disponibles para cualquier sistema de escritorio (y a este paso para casi cualquier sistema móvil).

La gente no está lista para HTML 5

Aparte del Cristo que se monta del lado del desarrollador, los visitantes también van finos. Ayer estuve haciendo unas pruebas en Nada Nuevo para que los episodios pudieran escucharse sin necesidad de Flash ni de tener que bajar el fichero, esto es, con la nueva etiqueta audio que, como ávidos y avispados seres que sois, sabéis que sirve (servirá) para reproducir sonidos y que debería invalidar una página en el actual HTML 4.01 y XHTML 1. Muchos (es un decir) de los que lo siguen tiran de telefonaco así que me puse a investigar qué podía hacer. Tras dos o tres intentonas de mierda en local lo subí para que Aloisius probara (lo cual le fue imposible por su versión de Internet Explorer aunque en ningún momento perdió el entusiasmo, con frases como «¡Vamos a estar en la cresta de la ola!»), ya en mi ordenador me daba problemas y es que Chrome se quedaba pillado (supuse que Safari haría lo propio y acerté, en el Mac se defiende, en el iPad del SDK hace algún intento y en el iPhone del mismo juguetito -curiosamente- no hace nada), algo que parece normal, mientras que Firefox lo interpretaba de maravilla. Tras darle un par de vueltas consulté a más gente y la respuesta fue clara, los navegadores del trabajao no tienen HTML 5. Así lo constató Ponzonha y posteriormente FiFi ambos con un Firefox 2, mientras que zetxek, siempre con mil dispositivos alrededor preguntó por un posible error de códecs, ya que lo estándar para esta gente es el .ogg porque los .mp3 son propietarios y muerden. Sí, lo estándar es lo que no usa ni Clifford, de nuevo. Dejé de lado el pedante estándar abierto y con el emepetrés la cosa mejoró en WebKit lo justo, no hace caso a la etiqueta (flipen, señores) sino que hay que atajar metiendo JavaScript a machete. ¿Para qué está (estará) la mencionada etiqueta? Como para bien o para mal casi todos navegan desde un ordenador de una oficina incapaz de devolver correctamente el código lo dejé en stand-by, me fui a mear, comí algo y me piré.

Así como CSS 3 está más que implantado (aunque al validador de mi amada W3C sea incapaz de verlo de primeras y te hace pasarlo dos veces cambiando a mano la versión) creo que todavía queda un rato para que HTML 5 pase de vaporware que suena requetebien a algo entendido y soportado por todos de la misma manera, eso sí, si los navegadores quieren y si la organizacioncilla esa se pone las pilas de verdad y se deja de gilipolleces. Por mucho que Apple se empeñe.

Visto en: Desarrollo, ¡qué rollo!

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Lagarto Tecnología

Crío ucraniano, dientes largos

Compré por menos de dos duros un mando a distancia para el portátil y llegó hace una semana escasamente. Antes lo regalaban, un accesorio inútil (Front Row deja mucho que desear), ahora o pasas por el aro de 20€ o un desconocido estadounidense te vende uno nuevo por dólar y medio. Con su plastiquito y todo. Un chollo. Busqué cómo darle vida mediante un adaptador a HDMI (que cuando cambien el DisplayPort por esta conexión y se acuerden de incluir eSATA junto al FireWire 800 lo vamos a flipar) y Google insistió en que viese un vídeo donde se mostraba una explicación a cargo de un rubito de metro y medio con acento extranjero. Max. Bastante útil.

Profesión: Student & Youtube Reviewer

Mi primera impresión fue similar a la que tuvimos todos con el niño molón. ¿Cómo es que semejante mocoso acumula, utiliza, comprende, vacila y, en definitiva, da envidia con semejante inversión en tecnología? Busqué análisis sobre un sistema de altavoces, de esos vistosos que sólo ves en internet, y él fue el encargado de ofrecer la versión audiovisual. Ya me mosqueé. Que en Ucrania veas a gente con ordenadores de más de mil euros, televisiones de alta definición, un iPhone suena extraño, pero que lo tenga un crío ya me parece insultante, por mucho que ahora sea un ciudadano de donde las 500 millas.

Él tiene, a falta de una batería y un Rickenbacker 4001 de los sesenta o setenta enchufado a un Marshall, lo que yo considero la parte entretenida de una Room 404. Un fenómeno. Me comparo y me doy pena. A su edad yo gritaba aquello de «He was a punk, she did ballet. What more can I say?», devoraba libros de Harry Potter y dedicaba mi tiempo al hedonismo. Ahora no, ahora sólo canto las canciones de la canadiense bajita cuando salen en KISS FM.

Cuando sea pequeño quiero ser como él. Soy un herido grave, de esos 2.0. Llamad a una ambulancia.

Visto en: Youtube.

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Pensando en alto Tecnología

El Twitter de Michael Jordan

He estado utilizando Twitter muy por encima, haciendo tonterías con el de Nada Nuevo. Me aburrí en dos ratos y lo automaticé. Si al final se lleva a cabo la limpieza de cuentas inutilizadas haré lo mismo con la mía, que está de adorno. Podéis imaginaros que no soy, en absoluto, un genio del medio (porque el medio sigue sin atraerme). Hoy he llegado de rebote a dos interesantes, el de Bill Gates, a quien se le nota que está mucho más metido en el campo de la investigación (él pone el dinero y los laboratorios y otros sacan adelante tubos y probetas… o bueno, nunca se me dio bien la química) y toda esta historia de la Fundación Gates para intentar que el mundo sea un poquito mejor; tan, tan poquito que ni lo vamos a notar, pero hay quien duerme mejor haciéndolo. Y luego me he dado una vuelta por los de algunos deportistas, de rebote también. Los «canales» de Twitter de los deportistas aburren. Si ya aburren sus perfiles de Facebook donde cuelgan enlaces a sus últimos anuncios, aquí es peor pues la gente lo redistribuye y lo comenta. Una vez a la semana dejan un comentario no automatizado haciendo referencia a un partido «Hemos hecho lo que hemos podido», «Ha sido una victoria merecida», «No sé nada de la fiesta que mencionan en Marca y el de la foto con dos rubias de bote y tetas de plástico no soy yo, os lo puede decir el segurata del garito». Creo que eso último es demasiado largo para Twitter. En fin, que las noticillas que saca esta peña no sirven para gran cosa y no levantan mi interés.

Finalmente, entre bostezos, veo una carita conocida en un recuadro diminuto, «Coño, Jordan». También metido en el mundillo, sí. Y una de las virtudes de ser un genio es que tu genialidad, excepto excepciones (qué redundante), es tan longeva como lo seas tú. Y Jordan lo clava. No habla de baloncesto. No responde a sus compañeros. Apenas sigue a un diminuto puñado de personas. La verdad es que me gustaría pensar que en Nike no tienen a un becario que le escriba las líneas para aparentar ser modernos, porque me entristecería.

Twitter de Michael Jordan

Es un tipo curioso, sin complicaciones, no recuerdo que se haya metido en muchos líos (como Kobe, por ejemplo). No sé, habla de los cactus. Me parece encantador.

Afortunadamente escribe un par de veces por semana (tirando a una frecuencia menor), así que seguirle la pista no requiere ningún tipo de sacrifico, terminaré llamando a su RSS.

Un genio.

Visto en: Twitter.