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Pensando en alto

Actores porno secundarios

Alguien debía dedicarles una porción de internet y, como memez que es, me he pedido primer. ¿No os dan pena? Te bajas una película porno, ahora en HD porque gusta ver la silicona bien grande para observar con detalle la cicatriz que le dejó el cirujano, y te los encuentras de bruces. Los ves, ahí, encuadrados, dentro del plano, y los reconoces, «Tú aquí no mojas». Y bingo. Qué rabia.

Yo me monto mi película, ya me conocéis, un chico deja los estudios ilusionado por ser el nuevo Paul Newman, pero toma el atajo de Stallone, sin anabolizantes, y dice, «Pues vamos a dar una oportunidad a esto de las películas X, pero que no se entere mi mamá». Un día cualquiera, no sabes qué hora es, te asomas a la ventana y es el representante de ayer, que te ha encontrado algo, un papel pequeño. Dices en casa que es un anuncio, pero que no se verá en tu país (ni en Youtube). Bajas corriendo para que te dé detalles, olvidas invitarle a un café porque te acorrala y te posee el nerviosismo, te dice que de verdad tienes que empezar ahora (porque la producción del mundo de la pornografía funciona así, o eso creo) y te avanza información de camino a la casa que han alquilado para el rodaje, frente al Pacífico, mientras conduce su Ford Fairlane (no me podía resistir, menosmola). No deja de recordarle que es un papel sin importancia, pero el joven chico, fantasioso, juega a imaginar qué le harán, que tendrá que hacer, cómo se comportará su cuerpo…

Y entonces llega al improvisado estudio, gente en albornoz, medio folio de guión, y a él le visten de mayordomo, se cruza en una escena, en el fondo del plano, y fin de su trabajo. Olvidas aquello de acostarse a su lado sin saber por qué. No hay sábanas mojadas.

A esa persona le tiene que entrar una depresión de caballo. Ni un bocata para comer, ni nada que le vayan a comer a él. Su gozo en un pozo. La larga y dura espera concluye con cuatro frames que quedan torcidos donde se ven a dos rubias en primer plano comiéndose la boca y a él, que afortunadamente ni se le reconoce, con un traje negro y detalles blancos, saliendo de sabe Dios qué cocina. Todo el sueño se va por el desagüe.

Qué triste. Vuelta a casa con el rabo entre las piernas, y sin usar. A conquistar de nuevo el sueño, su cabeza da vueltas persiguiéndolo.

Visto en: California, principalmente.

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Lagarto

Alegría de alergia

Es oír en la televisión eso de «Ya es primavera en El Corte Inglés» y empezar a estornudar. Y lo peor, aparte de los mocos, los estornudos y el dolor de cabeza, que nunca me he hecho pruebas. No sé a qué tengo alergia. Soy un temerario. Incluso podría ser psicosomático, «¿Primavera? Coño, pues a alergiarse». Como los Power Rangers, ¿os acordáis? En fin, que me automedico para todo un poco, y funciona, que es lo cojonudo. Las asperezas en la nariz no me las quita nada, pero bueno, es un daño colateral más que asumible.

Y esta es la mierda de entrada de hoy lunes, atchís, que tenía una mejor en mente, pero me cuesta horrores garabatear dos líneas del tirón (además de que no me acuerdo de casi nada lo que iba a poner en ella). Es genial a la menos uno. Qué chistoso. Reid, mamones, que no tengo nada mejor.

Visto en: ¡Viva nuestra prima!

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Pensando en alto

A la cálida espera del frigo transparente

Como a todos vosotros, a mí también me pasa eso de ir al frigorífico a curiosear, mirar qué hay, no decantarme por nada y cerrar. No creo que que el consumo energético (hablando de electricidad) se dispare tanto como alarman algunos por este gesto, a mí lo que me jode es abrir y cerrar la puerta para nada. Eso sí es puro desperdicio.

En la universidad tenemos una máquina expendedora con función frigorífica y una puerta transparente (ya os hacéis una idea), llegas, miras, si quieres algo lo pagas, y te vas. Por este motivo quiero suponer que colocar una estructura transparente no presente una problema de eficiencia energética. En ese caso, coño, adaptémoslo a los hogares. Parece una novedad pero ideas de este estilo las ha habido desde hace años y como era predecible, en Japón ya las disfrutan (yo hasta que no me he dado de bruces con la puerta del de casa ni había caído). Y la verdad, insisto, que no termino de ver el motivo por el cual estos cacharros que son feos por definición y hay contadas y coloridas excepciones (hay que pagarlas y las pagaré, por descontado). Pero no puedo dejar de pensarlo, el lujo que supone ver cuántas Coca-Cola Zero quedan en la bandeja superior sin tener que asomarme, ver de cuántos huevos puedo hacer la tortilla con una simple ojeada o disfrutar de la silueta del pollo entero envuelto en papel de aluminio con gomas en las patas en el mismísimo centro del electrodoméstico me parece tan delicioso que el saber que actualmente es una utopía a este lado del Mississipi me entristece. Porque no os creáis nada de eso de que en unos años comeremos esas pastillas «de astronauta». Porque las pastillas, como drogas que son, no se comen, se consumen o se toman. Ya sabéis lo que me engatusa eso de fantasear con mi (brillante) futuro.

Con lo molón que es, ¡caray!

Visto en: Cocinas del futuro.

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Citas y frases Música

Patrick

Saint Patrick

As I was goin’ over the Cork and Kerry mountains
I saw Captain Farrell, his money he was countin’
I first produced me pistol and I then produced me rapier

Visto en: Whiskey in the jar (The Dubliners, Thin Lizzy, Metallica…)

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¿Cómo hago para...?

Cómo declarar abiertamente tu homosexualidad

Continuando con la línea de los tutoriales de dudosa reputación sumo uno más enfocado a aligerar la que sin duda me parece la parte más complicada de ser homosexual, cómo decir que eres gay. Porque seamos sinceros, por mucha mente abierta que tengamos no deja de ser una situación incómoda porque no resulta normal. Antes de que me insultéis (sin razón) por utilizar tan ligeramente el término «normal», considero que los homosexuales son minoría (aunque en algunos ámbitos con mucho poder) y que lo habitual es que tu hijo te presente a su novia y no a su novio.

Si sucede lo segundo y el chico tiene su pelo del color original y habla sin sesear es bastante probable que le haya costado un esfuerzo decir «Me gusta la electrónica, pero tengo otras cosas en común con Alan Turing». Joder, que es jodido decirlo, ¿eh? Desde crío los abuelos juntándote con niñas y haciendo coñas y cuando quieres darte cuenta te empalmas viendo natación masculina. Tranquilos, sé cómo relajar este momento. Con un libro.

Porque si bien he dicho que los chicos que no mariposean cual hijo de Flanders probablemente se les atragante tener que dar este tipo de explicaciones (y apuesto a que si es una chica del mismo modo se vuelve una situación incómoda -y depende de su físico sin duda también terriblemente sexy, las cosas como son-) creo que puedo solucionarlo parcialmente echando balones fueras. Simplemente con un libro o una peli titulado: Cómo declarar abiertamente tu homosexualidad Patent Pending. Si triunfa saco el Cómo declarar abiertamente tu bisexualidad. ¿En qué consiste? Bueno, pues es sencillo. Todos tenemos madres, es una condición sine qua non para la vida, y como madres que son miran en los armarios de ropa. Basta con dejar este libro ahí (o bien su versión en DVD) y esperar a que un día se tropiece con ello mientras te grita que dónde colocas los jerseys. Ya está hecho, ella ve semejante artículo, se da cuenta, engarza un par de recuerdos y cae en la cuenta de que, efectivamente, su hijo es homosexual. Ahora, dentro del libro aparecerán unas instrucciones, algo así:

  1. Acabas de descubrir que tu hijo/a llamado …….. es homosexual
  2. Esto es muy importante para él y seguramente no tenga idea de cómo afrontarlo, requiere de tu paciencia y cariño
  3. Ahora que ya lo sabes debes hablar con él/ella sobre el tema y dejar que te explique cómo se siente
  4. Recuerda que es un tema delicado y posiblemente usted se haya sorprendido pero su hijo/a necesita tener esta charla con usted

O algo así, debería perfeccionarlo. Y ya está. Si el 5% de los adolescentes españoles están inseguros y no saben cómo tratar con sus padres sobre el tema, me forro. Por la puta cara. Aunque efectivamente el producto esté enfocado más hacia los padres o compañeros de piso o lo que toque que a los propios interesados, pero ese debería ser su título.

Realmente creo que es una brillante idea que puede ayudar a todas las personas que no salen del armario porque no encuentran la llave. Además, ahora que hay un ministerio para cada mierda seguro que esto me lo financia Aído en un pis-pas si alego que es por el bien de las mujeres lesbianas. Vamos, que otra cosa no, pero negocio, hay un pelo.

Y para los graciosos, no, yo sigo en este lado de la acera y no creo que sea un tema para tomarlo a broma. Tampoco soy de esos que «tienen un amigo gay», que yo sepa.

Visto en: Armarios (en todos los sentidos).