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¿Cómo hago para...? Lagarto Pensando en alto

Mi elegancia superlativa

El estereotipo de hombre elegante, hablando de «nosotros» aunque pueda haber (y seguramente haya) semejanzas con las féminas es alguien como Jude Law. Pero no es un tipo al que conozca así que no debatiré sobre si es o no elegante, aparentemente lo es, pero pensar que la elegancia se basa únicamente en Estética hace que te quiten puntos de Sabiduría en tu hoja de personaje.

La elegancia se impone por uno mismo, se va soltando hasta conquistar una imagen. Lo sé porque yo soy un chico elegante, no os riáis, rufianes, no es que se me encasille en una elegancia «clásica» al alcance de cualquier libro sobre el tema como el actor mencionado al comienzo, me caracterizo por una elegancia superlativa.

La elegancia es la suma de varias aptitudes como destreza, iniciativa o puntos de dolor presencia, buenos modales y conocimientos. En el momento en que una de estas tres se tambalea la imagen se destruye en tantos añicos que para reconstruirla deberás mudarte a un almacén de Super-Glue.

El aspecto físico y su falsa valía

El hábito no hace el monje. Para bien y para mal. Para bien porque, por fin, puedes ser elegante sin necesidad de tener un traje de Armani importado de Italia, con uno de Boston (bastante buenos, por cierto) te sobraría. Pero es más, si siguieses mi ejemplo con una cazadora de cuero, vaqueros y una camiseta oscura el nivel de presencia de cara a aumentar la elegancia sería el mismo, incluso tendrías un poquito más de personalidad, y eso vende.

De todas formas, no lo voy a negar, yo no soy alguien que se gaste 250€ en un cinturón marca Ermenegildo Zegna, en Zara son igual de negros, igual de largos e infinitamente más baratos. Y esto en base a dos ideas que se resumen en una sola: principios. Primero, porque no tengo ese dinero para gastar en un cinturón (recordad, niños, que el dinero mío lo gano yo, no es de papá y mamá), y segundo, en caso de tenerlo me parece absurdo gastarlo en algo así.

De todos modos hay gente que lo hace y no digo que sean peores que yo, pero sí que son, como poco, iguales. Y eso ya debe joderles bastante.

En ésta misma línea he de aclarar que el chándal, siendo justos, no sirve como prenda coqueta o elegante. Sí, en cambio, puedes ser un aspirante a Marlon Brando manteniendo un Casio en tu muñeca y sin ganas de poseer un reloj de 14.400$. Es más, puedes estar seguro de que muchas personas con coches caros tienen el concepto de elegancia mal aprendido y a la hora de ponerlo en práctica se hacen con un Hummer H3 con refuerzos dorados. No, no te hace falta un coche de 100.000€ para ser elegante, puedes serlo hasta con un Renault Clio (sin tunear). Mas, si insistes, que sea un Aston Martin.

Recuerda que mi admirado Ewan McGregor nos enseñó cómo rodar en moto, embarrarse,  dejarse barba, tener ojeras y ensuciarse hasta las pestañas con una portentosa elegancia.

Por último, está claro que si te llamas Kevin Guajira y vives en un barrio chabolista, pasas droga y te mueves en un Aerox color naranja robada atropellaste a tu buen gusto y a tu elegancia la disparaste a bocajarro. Ojo, que si conduces un Audi A3 y vives en un ático con piscina puedes ser un gilipollas integral y haberte cargado tu elegancia igualmente.

Con todo esto puedo decir que si hay que ponerse traje me lo pongo, y que aún así me queda fetén. Además, sé llevarlo, que es el siguiente punto importante.

Manners

Está claro que si a un mono lo montas en un coche de lujo, veloz, asientos de cuero calefactados, diseñado en Alemania e impoluto sigue siendo Paquirrín. Un tío que no tiene ni puta idea de cómo comportarse, porque se ha saltado la regla Nº1, es un hombre… un humano al que reírle las gracietas, pero que no se ha hecho a sí mismo ya que ha tenido suerte de que su familia ha podido sacarlo adelante. Yo prefiero rechazar la ayuda a no ser que sea necesaria, hace que me mueva más y me desarrolle como creo que debo ser (aparte de simpático, genial y magnífico amante).

Suena a tópico. Bueno, es un topicazo de manual: tengo los mejores padres del mundo. No sólo sirve con eso, también hay que ser buen hijo, cuidado. Tengo los mejores padres del mundo porque estoy seguro de que siempre han escogido lo mejor que han creído para mí, empezando por dándome a mí a elegir. Por eso sé que, afortunadamente, si yerro, ellos podrán ayudarme a levantarme de la caída. Y ya habré aprendido algo. Mi manera de ser es muy independiente y prefiero mantenerla así, tanto que vivo en un piso diferente a ellos y con mis propios medios para hacerme sentir autosuficiente, es una falsa sensación porque sigo comiendo en casa y duchándome con su agua pero que sirve igualmente. Sirve, por ejemplo, para saber que no he pedido dinero a mis padres desde los 15 años y ellos lo agradecen al ver que han sabido educarme de forma que me sé administrar.

No es más elegante el que más iPhones tenga ni el de la cámara con más megapíxeles o el teleobjetivo más largo.

La elegancia requiere cierta independencia, pero ante todo de unos buenos modales o un saber estar mínimo. No de tipo protocolario: el cuchillo con tal forma es para tal carne o la copa de flauta nunca ha de llevar otra cosa que no sea champagne. Si no una mínima ética. Que ayude a no ridiculizarte estrepitosamente en un santiamén en cualquier tipo de escenario. Una ayuda para eso es saber cómo funciona el mundo (al menos por encima) y tener una cultura general y sentido común. Dos cosas que cada vez faltan más y son más necesarias.

La importancia de Sofía

Hablando en plata, la elegancia de alguien que ve Gran Hermano no vale una puta mierda. Ya no digamos los que quieren entrar o los que lo han «conseguido».

Me considero un tipo especialmente culto. No, no me estoy echando flores pero es que ahora mismo haber aprobado Bachillerato y distinguir Romeo y Julieta de Prokofiev es una auténtica hazaña, nene. (Y eso que viene de serie en los conciertos de Muse).

Y es que, en efecto, hay cantidad de gente bien vestida, perfumada, segura de sí misma que sólo ha leído la Esquire de turno y algo como 20.000 Leguas de Viaje Submarino lo conoció viendo Willie Fog. Un poquito de amor propio, señores. A ver, yo he leído el Quijote, y aunque en general entretiene en algunos pasajes es un coñazo, pero puedo hablar del tema porque al menos he tenido los huevos suficientes como para acabarlo y no quedarme en «de los de lanza en astillero, rocín flaco y galgo corredor». Me da vergüenza ajena mucha gente que asegura ser el súmmum de la elegancia y ni siquiera le suena el nombre de Goethe, ¿Quién? ¡El de Fausto! ¿El DJ de Ibiza? Por amor de Dios. Aquí, por ejemplo, rociaría al sujeto con la gasolina del Zippo para luego prenderle fuego con la mayor serenidad del mundo. Y ya ni se me ocurre hablar de cosas como circunferencias… longitudes… dospierres

Puedes no haberlo leído, (yo no he leído nunca nada de Asimov, por ejemplo) pero al menos que te suene, hostias. Éste tipo de sucesos hacen que yo considere que vivo en la cúspide de la elegancia.

Porque sí, porque prefiero ver Los Padres de él, o cualquier otra antes que una de intelectuales gafapastiles venidos a más.  Y, ¿qué culpa tengo yo de que King Crimson haya hecho más por la humanidad que Isabel Coixet? Si estás a punto de buscar a King Crimson en Google es que no llegas a mi nivel de elegancia, que ya advertí que era de un tamaño desproporcional si la comparamos con la media nacional. Y que ellos hicieron por el rock (y por ende por la música) unos avances que se devolvieron como homenajes y copias de muchos grupos años más tarde, para muchos fueron «la inspiración».

21st Century Skizoid Man

Una persona elegante no debe cobrar cuatro mil euros al mes, ni debe vivir en un apartamento de dos habitaciones de 200m cuadrados, ni tener un jacuzzi. No ha de hablar mil idiomas, ni tener un apellido descomunalmente importante en su comarca. A ser posible debería sacarse él mismo las castañas del fuego. Debería poder discutir sobre bastantes temas, y en caso de no saberlo, reconocerlo y callarse. No debe aparentar, no debe exhibirse por una razón muy, muy simple: los demás lo notarán sin que haga falta.

Por último, como es mi caso, alguien elegante puede decir tacos siempre y cuando estén en contexto, no como una Jenni llamando hija de puta a su amiga por teléfono a gritos. Que si quieres decir «joder, me ha quedado de puta pena» puedes decirlo. Puedes beber, yo mismo confieso que me gusta la absenta con hojas de laúdano aunque éste sea difícil de encontrar, pero una vez lo pruebas engancha. Nada de rebajarlo en agua y añadir azucarillo y cucharita para ver hadas verdes. Una vez al año, no más. Pero en cambio estar en una fiesta de Vogue y beberse el agua de los floreros o irse de botellón a un parque no tiene nada de elegante. Es más, quedarte en tu habitación con una Coca-Cola y viendo episodios de una serie es mucho más glamouroso.

También, faltaría más, ser elegante no es incompatible con saber qué es un Clérigo en el Dragones y Mazmorras o haber interpretado a Obi-Wan Kenobi y conducir una Triumph. Si quieres ir practicando no digas «o sea», dí «es decir», que es una de las coletillas que más uso en el blog. O en lugar de «como» limitate a «cual». Las locuciones latinas para otro día, que es de una importancia ínfima comparado con todo lo anterior.

Por supuesto, no me queda decir nada más que: joder, es que el post me ha quedado de puta madre.

Visto en: La elegancia por partes es más fácil de llevar.

27 respuestas a «Mi elegancia superlativa»

Por último, un tío elegante escribe bien santiamén:

Que ayude a no ridiculizarte estrepitosamente en un siantamen en cualquier tipo de escenario.

Esto te ha rebajado un punto de elegancia chato.

De acuerdo con muchas cosas. Pero alguien te lo tiene que decir, el look ese de camiseta negra, chupa de cuero y «voy desaliñado porque me da la gana» ya no es que esté más quemado que Mr. Lauda (la personalidad tiende a cero) sino que a mi juicio resta mucha elegancia de esa que te gusta, y generalmente también la sensación de aseo en general.

Mis amigos y la gente que me rodea siempre me han considerado un tío elegante. Quiero decir, por ejemplo, que cuando me pongo un traje, no se me ve raro con él (hay gente que parece que vaya disfrazada) y que me siento igual de cómodo con camisa, «chinos» y zapatos o con camiseta, vaqueros y all-stars.

Pero por encima de el aspecto, la ropa y todo lo estético están los modales y la naturalidad. Lo que se llama «saber estar». En eso coincido totalmente contigo. He conocido gente con mi buena pinta, pero que son unos maleducados de narices, incapaces de comportarse según qué situaciones o de tratar con respeto a los demás.

Te has ganado un click de AdSense.

Si a todo (incluidos King Crinsom) y además he leído a Asimov. ¿Soy más elegante?.
Un post muy acertado, aunque a los culturetas hay que meterles (¿Meteros?) más caña.
Se te olvida pedir el clic, por cierto…

Cómo os gusta madrugar, ¿no?
Corregido Fran, se me pasó al releerlo y no lo debí ver en el Abiword, gracias. Es una muestra de lo que produce escribir tres folios a las dos de la madrugada.
Hugo, clásica sí, quemada no. No estamos de acuerdo. Una cosa es desaliñado, como dices, y otra grunge piojoso, cuidado. De todas formas la parte estética es la menos importante del conjunto, pese a ser la primera que expongo.
Alexliam, si criticar la incultura de los guays y niños de papá adulados por muchos es un tópico es que he tirado pro la borda una hora y media de mi vida. Sólo puedo decir que no lo creo en absoluto, m’friend.
La idea no es más que esa, El Duque, comodidad en las situaciones, y si no, aguantar el chaparrón con la mayor naturalidad del mundo. Bien explicado.
Ponzonha, ¡esperaba lo de King Crimson precisamente de ti! Lo he puesto alguna vez por aquí, pero es de eso que pasa inadvertido por la mayoría injustamente.
Elia, yo de gustos femeninos voy flojito, ¿se nota mucho? :P
Malkav, haz otro vídeo, total, tampoco es que escribieses mucho antes.

¡En absoluto! Marlon Brando llevaba una Triumph y «ese desconocido para mí» monta una Harley Davidson! (Si no veo mal un modelo que no se había lanzado cuando se supone que transcurre la peli, por cierto).
¡No se parecen en nada! Deja de mentir :P

PD: Tener miedo a los tópicos es una estúpidez.

«Â¡Oh, me gusta Invierno, Primavera, Otoño, Invierno y Primavera! ¡No puede ser, no quiero ser gafapasta! ¡Cambiaré mis gustos para pensar que es una mierda!»

Hombre, yo discrepo sobremanera en el apartado de «El aspecto físico y su falsa valía». Por supuesto que un cinturón de 200€ y un coche de 100.000€ te dan un plus de elegancia, otra cosa distinta es que por otros motivos este plus se pueda echar a perder fácilmente, es decir, un tio sin elegancia con un Clio seguirá sin ella con un Aston Martin, pero un tio elegante con un Clio multiplicará por 10 su elegancia con un Aston Martin.

Igualmente, un traje siempre será más elegante que una cazadora de cuero y unos vaqueros, siempre. Otra cosa es que la forma de ser de la persona arruine el plus que le da su vestimenta. Si crees que tus formas y tu cultura son tan vastas como para suplir el handicap de llevar una cazadora de cuero, es tu opinión, que quizá el resto del mundo (que es el que marca en definitiva los cánones de elegancia) no esté de acuerdo.

Nada, no me convences. Imagina una chica, puede salir de un coche caro, con vestido de noche y al mismo tiempo abrigada con una cazadora de cuera a lo Angelina Jolie.
A mi juicio sin la parafernalia del coche, simplemente una chica andando por la calle con la misma cazadora está al mismo nivel.
El problema es que los chicos tenemos menos tipo de ropa donde elegir, a grandes rasgos o traje o frac (nunca me he puesto uno de éstos y creo que dependiendo a lo que se vaya no es recomendable llevarlo).

Insisto firmemente en que un estilo menos clásico no es un handicap como mencionas, sino un puntito de carisma o inconformismo. Los cánones de elegancia superlativa que sigo son los aquí expuestos y los llevo al extremo, ¡sin duda! Me repito: Ewan es un tipo elegante incluso en medio de un charco empujando una moto con los pantalones rotos en los bajos. Vuelvo a decir que lo visual es secundario.

Perdona, Alexliam, me lo había saltado. Claro que estoy en una situación superior, por eso mismo puedo indicaros el camino a la elegancia. Desde el título hasta la úlima frase. Mi elegancia superlativa.

Creo que un punto clave en la elegancia es la sencillez. No diré la modestia («la virtud del que no tiene otra», decía Álvaro de Laiglesia) pero sí el no pretender ir de VIP por haber leído un par de cosas más de los que te rodean, más que nada porque no sabes si el pobrecito hablador no ha leído el Quijote porque estaba viendo el Tomate o porque estaba trabajando para poder asistir a tu reunión superexclusiva. Aun siendo lo primero, lo importante es saber llevar lo que sabes y lo que no sabes y no ir de sabiondo.

Además, cultura y sabiduría no son sinónimos. Creo que estamos de acuerdo en que Aristóteles fue un gran sabio, mucho más que cualquiera de nosotros, y sin embargo en cultura cualquiera de nosotros le pegamos mil patadas. Aún así esta gente se hacía llamar «filósofos», amantes de la sabiduría, mientras que los que se hacían llamar «sabios», los sofistas, la Historia los ha puesto en su lugar de charlatanes y creídos. Sócrates, con su sencillez («sólo sé que no se nada») desbancaba a todos estos habladores que desde su magno intelecto iluminaban a las masas y escribían posts enseñaban a los jóvenes retórica y demás.

Vamos, que estoy con nuestro amado visionador de telebasura Alexliam.

Psé, medio sí medio no. Los filósofos, amigos de la sabiduría, se enfrentaron contra los sofistas de forma directa, la historia simplemente fue testigo, pero no puso a nadie en su sitio.
Como digo en el post ir de sabiondo es fácil y me alegro y me enorgullezco por ello. ¿Qué quieres que te diga? No te voy a mentir. Si por amor propio he preferido leer más libros o hacer más ecuaciones que alguien interesado en los que se cuece en las bragas de ASDFG creo que tengo derecho a pavonearme elegantemente.
De todas formas la intención de los sofistas no era mala, no te confundas. Intentaban crear una serie de Eruditos a la violeta de forma que la gente supiese un poco de todo, lo que estás defendiendo (si no te he entendido mal) es a la gente que simplemente no quiere saber nada.

El aspecto físico no está tan sobrevalorado. Estoy muy de acuerdo en lo general del tema pero no en que dé igual un traje italiano (o para que ir tan lejos, uno hecho a medida) a uno de Boston. En un estudiante se acepta un traje de Zara, en un médico es todo lo contrario a elegancia. Una persona elegante sabe como vestir sin pasarse pero también sin quedarse corto (no hay que ir luciendo cuenta bancaria pero es igual de cutre quedar de avaro). Si sabes comportarte, eres culto y sabes conversar pero no sabes vestir, sólo eres una persona agradable.

Por cierto, no quiere decir esto que unos vaqueros con camiseta negra y cazadora de cuero sean poco elegantes o seguir a rajatabla el protocolo el súmmum de la elegancia. Una persona elegante sabe seguir el protocolo con su toque personal (toque siempre elegante, por supuesto) y sabe vestir bien en todo momento.

Muy bueno tu post de hoy.

Sólo dos precisiones de modo amistoso.

1.- Para ser elegante de verdad, jamás se puede cometer una falta de ortografía: «Si no un poco de ética». No pasa nada si es un error de transcripción; en caso contrario, hay que corregirlo con premura.

2.- Nada más vulgar que encender los cigarrillos con un Zippo, apestando de olor gasolina a cualquiera. No se te ocurra dar fuego a una chica con un artefacto de esos. Posiblemente no vuelva a mirarte a la cara.

Pucelano expatriado y morriñoso.

Siempre ha habido «Gente con clase y clase de gente», ¿de qué sirve la educación, diplomacia y elegancia ante una sociedad que cada vez es más animal? Tantos clichés para nada, piensalo, a veces es todo tan absurdo… somos tan artificiales que acabamos siendo un producto.

Es triste que hablemos de la elegancia tan superficialmente cuando realmente deberíamos llamarle respeto y valores pués sólo con tenerlos, ya tienes lo que buscabas… Elegancia innata.

Para ser elegante a la manera»de antes»hay que tener dinero y no lucir barriga prominente.El resto se consigue con un buen cursillo de cristiandad y otro de
«protocolo»(¿se dice así?).

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