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Lagarto Pensando en alto

Ruines migajas millonarias

Veréis, ha sido un día demasiado duro (no os digo más que son casi las once y media y ya estoy en la cama con medio ojo cerrado y creo que mi nocturnidad es bastante famosa ahí fuera), no ha funcionado nada, me han cambiado de proyecto así por que sí, no he hablado con nadie, he ido corriendo a todos los putos sitios chocándome con la cruda realidad. Mucho jaleo, demasiado. Y mucho subnormal. Echo de menos a mi fiel y refinada Jericho.

Ahora, al tema, me parece denigrante que una empresa (u organismo público) se deja 7, 10, 20 millones de euros en un proyecto y se decida si se firma o no en base a los regalos bajo cuerda que no superan ni los mil euros. Me explico, el día en el que todo está atado dejas caer que te gusta el tenis y alguien de la empresa se romperá los cuernos para conseguirte entradas de primera fila en un Master Open Tour lo que sea, ni siquiera entiendo de tenis, no me jodas. Una persona que fácilmente se mete 10000 al mes y racanea con algo tan volátil y carente de importancia. Cutres. Extrapolando esto a un ejemplo cercano es como si queremos comprar un Clio de segunda mano y nos piden 1200 pero forzamos a que además nos pague una cerveza extraña que no encuentras en el Día. No, hostia. A tomar por culo. Porque sí, vale, seguramente el trato se cierre, pero la empresa se la juega a que esta persona no vuelva a tener relaciones económicas con ellos, sería un fracaso. Qué estupidez.

Ya está, tenía que soltarlo.

Visto en: «la ofi». Qué puta cursilada, cago en todo.

6 respuestas a «Ruines migajas millonarias»

¡A cascarla! ¡Qué les peten!

Y tal.

Puf, lo peor es que se acostumbran a hacerlo con todo. Desde pagarle la tintorería a una señora porque una camarera (yo) le había manchado el vestido de vino (se me cayó un poco al lado de su pie y ni lo manché, pero bueno). Absolutamente todos le vieron irse con el vestido blanco impoluto peeeero… de cara a la tía, mi madre aguantando la risa, su jefa poniendo cara seria y pasando por el aro. Que el cátering que había encargado era de aupa.

Aun así, zorra inmunda, que le peten a ella tmabién.

Y así funciona todo. En la empresa donde hice las prácticas, cuando llevaba dos o tres semanas, escuche a uno de los dueños comentándole al otro que había comprado por internet un cochinillo para invitar a no se que concejal, que tenía que asignar un proyecto. Yo siempre había pensado que las cosas son así, pero cuando ves con tus propios ojos la cruda realidad, no puedes dejar de sorprenderte.

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