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Pensando en alto

Mi reticencia a vender, falta de necesidades y diversificación en fondos

Vivo una situación bastante cómoda, claro que en mi casa se nota la crisis y se buscan más ofertas, pero afortunadamente no aprieta tanto como en otros hogares. A esto hay que sumar que me he acostumbrado a tener mi dinero y regalarme caprichos, ya sea una consola, un saxo o acciones de Mattel. El resultado es un tira y afloja económico, no muy agradable.

No soy capaz de vender nada

Tengo un juego, Metal Gear Solid 4, prácticamente nuevo, venía con la Play. Lo probé y no lo he vuelto a tocar. Lo más sensato que se me ocurre es venderlo a alguna tienda o ponerlo a subasta en eBay, pero los 15 € que me darían por él no me parece dinero suficiente. Por otro lado tengo una estatua 1:1 del elfo Dobby que podría darme algo de dinero extra, además, que a mí no me costó nada. Hay algunas personas que ya me han preguntado si se lo vendería por 150 o incluso 200 mortadelos, pero yo lo veo, en su rincón y si bien es cierto que no lo echaría de menos (creo) prefiero mantenerlo ahí. No soy capaz de vender nada.

Eso sí, es bastante probable que con muchas cosas perfectamente dignas de exponerse en Cash Converters me entre la ventolera y lo tire directamente a la basura.

La cómoda falta de necesidades

Como dije al principio, soy caprichoso, quiero cosas caras, pero no necesito ninguna de éstas. Desde bien pequeñito me enseñaron dónde está esa raya divisoria y a respetarla. Si no me lo puedo permitir ahora, no sufro. Parece tonto por la cantidad de chavales pijos que se pegan con sus padres porque no les compran el iPod o el portátil del momento. A mayor escala he visto rencillas familiares porque el crío no tenía el A3 el mismo día de sacarse el carnet, flipante pero cierto.

Yo me lo tomo de una forma más relajada, esto me permite asegurar que algún día tendré lo que quiera porque sólo es cuestión de ahorrar y ahorrar sólo es dejar pasar tiempo mientras mantienes tu dinero y aumentas esa pequeña fortuna. Siempre, por supuesto, sabiendo que si doy un paso en falso o el orden de prioridades cambia pueda necesitar ese dinero (o incluso pedir ayuda a papá y mamá, que siempre estarán hay, no hay que abusar pero tampoco olvidarlo).

La idea es sencilla y nace en el mayor target de comercio de Harley Davidson. Me explico, hay muchos jóvenes que aspiran (o aspiramos) a guardar alguna de estas motos en nuestro garaje pero los curros de turno rotatorio de McDonald’s no dan suficientes beneficiosos como para pagar una, de forma que el grueso de compradores de esas motos son hombres mayores de 40 años y menores de 60, gente que ha vivido con el capricho desde siempre y, cuando se lo puede dar, se lo da. Dicho de otra forma, si quieres un piso en Park Avenue empieza a ahorrar y, tal vez, dentro de 65 años puedas dormir en tu apartamento con vistas al skyline neoyorquino.

Creación de fondos destinados a metas concretas, cortas y largas

Esto no forma parte de mi manera de entender los caprichos, si no del medio que yo considero mejor para que se realicen lo antes posibles, la división en fondos independientes.

Ahorrar es más fácil de lo que la gente piensa, pero hay que tener claro por qué ahorrar. Si a un niño le das veinte duros y le dices que los ahorre lo meterá en un cerdito y posiblemente se acuerde años después, lo verá, y se lo gastará en pipas. Eso no es ahorrar. En cambio si a un niño le dices «¿Te gusta esa bici?» y le das veinte duros para que la compre te dirá que no le llega, pero puede que tenga la idea de guardarla en un cerdito y destinar ese cerdito a la compra de una bici nueva. ¿Veis por dónde van los tiros? Pues atención que aún quedan balas. Pang.

Cuando nos hacemos grandes dejamos de tener cerditos para manejar cuentas bancarias, no hay problema, sustituyamos bici por Vespa y cerdito por cuenta en el ejemplo anterior: Si quiero esa Vespa pero no me llega el dinero puedo dedicar una cuenta e ir metiendo dinero en ella con el único fin de, un día, poder comprarla. Es sencillísimo, sobre todo porque ahora si prevés que vas a tener una cantidad de dinero en un sitio y no te va a interesar sacarlo de allí puedes contratar un determinado tipo de servicio bancario que haga que ese dinero que estás ahorrando crezca antes, no sólo que esté ahí, sino que trabaje para ti.

Por ser menor de 26 (que creo que afecta a la mayoría de los lectores diarios del blog) es muy fácil conseguir cuentas sin comisiones. Yo tengo un par, la de la Vespa la más importante, es El fondo de la Vespa, como hasta dentro de dos años y medio no podré conducirla no tengo ningún tipo de prisa por rellenarlo, poco a poco va cumpliendo su función. Además, en caso de surgir un imprevisto (imprevisto al que he llamado FIB, aunque falta recolectar gente) y no te llega con el dinero que hay fuera de esa cuenta, siempre puedes retirar un poco y continuar con el ahorro después.

Pensaréis que esto está muy bien para gente que, como yo, tiene prácticamente cero gastos. Pero es que si tuviese que pagarme un alquiler, una línea ADSL o el seguro del coche, también tendría un sueldo a final de mes. Es aplicable a todos nosotros.

Si tienes 17 años y no sabes por dónde empezar pero quieres rabiosamente un MacBook lo tienes fácil, puedes dejar de tomar 5 copas a 7 euros cada una cada sábado y rebajar el ritmo a 2 copas y una cerveza (que generalmente es mucho más barata) y en cuanto te quieras dar cuenta has ahorrado una pasta y estarás más sano.

Otra opción más práctica pero complicada es darme una vuelta por la Facultad de Económicas e intentar conquistar a alguna chica que realmente entienda de estas cosas. O dejarme llevar por la pasión de una anciana millonaria del Upper East Side, que tiene su puntito.

¿Habéis tomado nota? Pues el AdSense cuenta como ingreso, clic.

Visto en: Para todo lo demás…

7 respuestas a «Mi reticencia a vender, falta de necesidades y diversificación en fondos»

Tienes más razón que un santo, nunca he entendido a la gente que pide créditos para comprar algo que no sea un piso/coche… con lo facil que es esperar a tener la pasta para comprarlo, si total, al final tienes que pagarlo igualmente, al menos te evitas los intereses ¿no?

A pesar de que comparto casi todo lo que dices en el post, discrepo en la división en fondos independientes. Es un sistema de autodisciplina innecesario y contraproducente (aparte de lo incómodo que es cuando tienes el dinero en un banco y no en un cerdito). Si cada gasto lo decides conscientemente, ya estas ahorrando para lo que puedas querer.

Cuando decides de antemano el destino del dinero, te estas autoconvenciendo de que eso es lo que querrás en el futuro, y esas cosas cambian. Si tú pones el dinero en una cuenta para una vespa, por poner un ejemplo aleatorio, igual cuando tengas el dinero en realidad preferirías gastartelo en un viaje con tu novia, pero como es el fondo para la vespa y ya hay suficiente dinero para una vespa, pues te compras una vespa, dejando el viaje para más tarde. Estas tomando una decisión que no es lo que quieres, sólo porque tomaste la decisión dos años antes de tener que tomarla. En dos años, las condiciones cambian, y con ellas, las preferencias.

Yo tengo 27 años, ahora ya me cobran comisiones (me hago viejo). Cuando tienes que pagar alquiler, luz, agua, gas, comida, seguro, gasolina, etc, puedes ahorrar poco. Yo ahora estoy ahorrando para una reflex, pero hasta que no me paguen un dinero que me debe mi empresa no creo que pueda comprarla.

A Aloisius, partes de una premisa errónea: yo no tengo novia. Así que de viaje, nada.
Por otro lado, es más cómodo una cuenta que un cerdito, el cerdito no puedes enchufarlo a PayPal. Finalmente, si en algún punto de la historia cambia el capricho también se cambia en nombre, de Fondo de la Vespa a Fondo de viaje a Las Vegas. Hay que ir a lo fácil, blackjack.

Otra cosa es tener un sólo fondo y retirar el dinero siempre de ahí, sin dividir tanto.

Yo hago algo parecido. No divido los fondos realmente, pero de lo que tengo en mi cuenta sé que es para cada cosa y lo tengo todo dividido. Además, como por lo general, todo lo que sea más de 12€ lo pago con tarjeta, tengo bastante ordenada mi cuenta. Otra cosa que suelo hacer es una especie de «fondo de amortización», o contar con lo que voy a ganar en los meses próximos para hacer el gasto ahora. Aunque no soy buena explicándolo, luego me salen las cuentas, así que muy mal no puede estar (últimamente me cuesta más cuadrarlas, que la crisis me ha reducido la paga y no lo tenía previsto).

De todas formas, me dan ganas de aprovechar una cuenta de ahorro de ese estilo. En verano, que trabajo, me lo planteo más concretamente.

Yo lo hago así también, tengo una cuenta en otro banco que, en un principio era para cuando tenga casa, ahora, para cuando quiera comprarme un coche. Cuando mi cuenta de diario veo que tiene bastante y podría malgastarlo, saco parte, y lo dejo en la de ahorro. Así me da la sensación de que tengo menos dinero, gasto menos, y por tanto ahorro.

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