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Lagarto Pensando en alto

La parada de las ‘Milphidae Cachondare’

Hola, montaraces. Tengo nuevas nuevas y tratan de un tema más hispano que un objeto OLE (aplausos, vítores y ropa interior volando). Lo de pensar qué guapo es uno o una, qué buenorrísimos están, la de cosas que le harías y comentárselo sólo a la persona que está junto a ti, porque no tenemos huevos de decirle eso mismo, que no es malo, a la persona correcta y quien realmente puede tener interés. Y joder, esto lo hemos hecho todos. Y sí, chavales, resulta que ellas se dan cuenta de cuando lo pensamos y cuchicheamos como si nada con nuestro coleguilla, igual de cobarde, por cierto. Pero voy a lucirme decorándome en palomita y echar balones fuera porque esta no es mi guerra, pues este no es el post.

Hay dos tías que tengo fichadas, a veces tres, que suelen coger el mismo autobús que yo pero unas paradas más adelante, a la puerta de un colegio (que tiene al lado un instituto y al otro una guardería) donde se suben dos mujeres de más de 35 años que presumen más de bolsos que de niños (recién aparcados en el centro). Aquí viene lo interesante, esta pareja que a ratos se convierte en trío y que tiene toda la pinta de fingir vivir dentro del set de rodaje de Sexo en Nueva York (nunca he visto la serie o película) pero que realmente se limita a intentar identificarse con alguna de las protagonistas de Mujeres Desesperadas (tampoco la he visto). Si fuesen dos tíos sería asqueroso, cerdos, siempre pensando en lo mismo y encima sin cortarse, siempre fijándose en jovencitas, son unos cabrones que sólo quieren follar y ver fútbol, seguro que a su pobre mujer no le hace ni caso y la tiene esclava. Cuánto machismo hay en el mundo, y tal. Es exactamente ese caso pero cambiando el sexo de los participantes. Las dos féminas (señoras ya) que no paran de mirar, comentar entre sí y seguro que hasta puntuar a cada chaval menor de 30 que entra en el bus o que ya esté dentro. Con descaro, con esas miradas de loba, perdón, «puma», de «Ven y quítame el maquillaje antiarrugas a lametazos, hombretón». No, y yo confieso que, excepto una vez (que recuerde), siempre me he fijado en chicas mayores que yo, pero hostias, dentro de un orden, ¿no? Y algo más importante, dentro de unas medidas cautelares de estado mental. Porque es cierto que el rollo de madre primeriza tiene su puntito, sobretodo si la madre primeriza es Miranda Kerr, (por poner un ejemplo de semidiosa y que además simboliza el concepto MILF más simple: madre joven, no necesariamente una mujer madura o con más edad que vergüenza que posiblemente ni tenga hijos). No es el caso, son dos, una que intenta hacer creer a la otra que se cuida (y que tiene pinta de fumarse dos cajetillas al día, mínimo) y otra que a su edad tiene que conformarse con el papel de amiga fea, de escudera, de Sancho Panza. Deprimente y vergonzoso.

H E A V E N

Muy ridículo todo. hablan de abrigos, y hablan del chico de vaqueros del fondo, hablan de los deberes de sus críos, y hablan del de rizos con corbata (sí, nosotros también nos percatamos, ¡brujas!). Como decía parece que está bien visto, de hecho hay quien les ríe las gracias,, un avance más de la revolución sexual. Muy Hippie. Muy hipócrita,desagradable me parece que lo hagan dos caballeretes talluditos como me lo parece si lo hacen dos señoritingas talluditas. Mismo delito, misma pena. Porque en algún momento me incomodará y me veré obligado que a ver si su hija pesa más que un pollo, ante tal salvajada me dirá que es muy pequeña, pero no os preocupéis, porque crecerá y, del mismo modo, lo haré yo. Todo solucionado señora, ya seré uno de los vuestros.

Pues eso.

Buenas noches, montaraces.

Visto en: Línea 5.

2 respuestas a «La parada de las ‘Milphidae Cachondare’»

A mi es que nunca me ha pasado algo así, chico. Sí que te digo que el hecho de que hagan lo que han criticado (seguro) años atrás y con un cambio de roles hace que pierdan puntos.

¿Que eso no quita que, estando buenas (y siempre que me lo porponga alguna de ellas), estaría dispuesto a proporcionarles placer carnal? Por supuesto que no.

He dicho.

«Ven y quítame el maquillaje antiarrugas a lametazos, hombretón»

jajajajja me he reído ahí. ¡Ten cuidado que estas te dejan la espalda llena de arañazos y agujetas para dos días. Pero sí, igual de desagradable fijo.

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