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Lagarto

Dos puntos y un cierre de paréntesis

No lo he comentado directamente por aquí, alguno de vosotros sabe algo ya, todo a título personal, y aunque me empecine en hacerme el duro y el valiente, reconozco con pena que las últimas semanas han sido jodidas. Las que están por llegar se dan la mano. Es un tema personal pero que no considero necesario comentar mucho por aquí. Es una putada. El hecho de que sólo pueda tomar una dirección lo facilita levemente. La gente me ha notado algo más arisco, distraído, a ratos insoportable. Se lo he achacado a los exámenes. Bobadas. Ahora se han acabado y con ellos mis excusas.

También, como creo que sabéis, he cambiado de teléfono móvil. Pronto comentaré cómo lo hice pues parece que hay gente interesada. Y hombre, está bien, pero hay una cosa que no me gusta. No del terminal, sino del hecho de cambiarlo. Me refiero a todo lo que se queda en el camino. Con mi ahora jubilado (prejubilado, pues sigue funcionando si insertas una SIM) Nokia he pasado casi cuatro años. Sigue perfectamente, algún rasguño, pero poca cosa. Muy buen teléfono. En esos cuatro años, lógicamente, me han sucedido muchas historias, aventurillas. Muchas vivencias. Y se van amontonando ahí. No te acuerdas, pero empiezas a buscar entre los mensajes de 2006 y encuentras reliquias. Añoras aquello. El tema que me mosquea es simplemente que ahora no puedo importar los mensajes de texto de aquél teléfono al nuevo. Parece que no hay manera, salvo reenviándomelos, algo que haría que perdiera la gracia. Me parece una putada, podemos ver películas en alta definición bajo demanda pero no puedo duplicar unas líneas de texto plano. Cojonudo. Es cruel, ¿eh?

Claramente hay mensajes que pueden perderse para siempre sin que nadie los eche en falta, y no hablo solamente de avisos de llamadas perdidas. Sin embargo hay otros, tal vez no más de diez, que releo de vez en cuando. Últimamente sobretodo uno. El mensaje corto más corto de todos los que yo jamás he recibido (refiriéndome a los que tienen contenido) y es uno que recibí más o menos cuando empezaba el caos que comento ahí arriba. Una madrugada, aparentemente sin venir a cuento, recibí lo más escueto y directo del mundo, « :) ». Nada más. Dos puntos y un cierre de paréntesis. Pensaréis que es una bobada, o que me estoy volviendo blando. Pero yo, que me quejo de que no me cuadran los caracteres, veo a una persona que, sin querer hacer mucho ruido, decide que debo animarme y lo intenta dejándose 15 céntimos por el camino, yo, sonrío. Porque sé que esta persona quería que me olvidara de todo por unos segundos, levantarme el ánimo un poquitín, atravesar la coraza. Y esa tontería de mensaje, sencillamente, me encanta. Ayudó. Hasta hace unas horas ayudaba.

Ahora, si el correo electrónico es la evolución del postal y un SMS la evolución del telegrama, no veo justo que un email de cualquiera pueda almacenarse, moverse, resucitarse, releerse tiempo después como las cartas de amor que recibe la dama y desempolva años después, y un mensajito feliz, a diferencia de un papelito amarillo, no puedas llevártelo contigo en un baúl, bien amarrado, mientras temes que debes irte de cañas con Caronte. Deambulando por las aguas.

Simplemente no me parece justo que tenga que dejar de lado estos mensajes. No lo es.

Visto en: Nokia 6680i.

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Móviles Música

La canción del 1004

Música, maestro. Hoy me he pasado unas dos horas al teléfono. De reloj. Una locura calienta orejas. Con diferentes números de Movistar por un problema de factura alarmantemente alta, portabilidad a Simyo, contraoferta apetecible y anulación de portabilidad. La música de espera es, por definición, banal. No aporta nada. Es como el tío que toca el triángulo en una orquesta sinfónica, sí, toca música, es parte del colectivo, pero realmente nadie le quiere. Todos sabemos que son los de viento metal quienes triunfan. Las canciones de espera, lo mismo, para el ascensor.

Pero llega esta, con su estribillo repetido sádicamente en el auricular, su bajísima calidad… y terminas cantándola hasta que una comercial se ríe de ti al pillarte desprevenido, intentando disimular. Pero es que, habiendo terminado hoy exámenes y sin nadie con quien celebrarlo decentemente, no tenía otra cosa que hacer que mamonear y tirar de las orejas a Telefónica.

El vídeo lo he cogido de Youtube y tira de HTML5, así que a renovarse toca. No conocía el tema, dentro de una semana dejará de gustarme, hasta entonces voy a florear. Ahí os dejo, con Ingrid Michaelson.

Visto en: 1004 y 224470.

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Posts patrocinados

Analizando Shuttle Direct

Post patrocinado sobre Shuttle Direct, me pagan por escribir esto, pero shhhh

Reconozco que cuando leí la noticia de los billetes de avión a 8 euros de Ryanair me fasciné. Me sale más barato ir y volver a Londres que salir un sábado (donde lo normal es dejarme un billete de 20 euros). Parece insostenible. 8€ es lo que cuesta un taxi desde el centro a mi casa. Por supuesto, mucho más lo que cuesta un taxi desde mi casa al aeropuerto. O incluso lo que cuesta un bus. Por ello me molesta que, cuando preparas un viaje de este estilo, te sale más caro mantenerte allí que llegar, youth hostel, McDonalds, coordinar horarios de buses y trenes, bonos de metro… Ahora, que si tuviese pasta esto no me vuelve a suceder.

Precio del traslado Dublín-Bray para un post patrocinado, de esos de los que me pagan por hablar

Lo que se ve en la imagen es una captura del precio de un traslado desde el aeropuerto de la noble, bella y portuaria ciudad de Dublín hasta el pequeño, acogedor y divertido pueblo de Bray, Irlanda con Shuttle Direct. Dos personas, Miranda Kerr y yo, 50€ cada uno. Casi lo mismo que el vuelo desde Madrid (unos 60 euros). Pongo este ejemplo porque, como lo he hecho tres veces, me crezco y digo que es el vuelo que mejor conozco. Y de Dublín a Bray hay un cacho, en bus te da para escuchar Nevermind entero, dejando terminar Something in the Way, con la canción oculta y todo. Esto se debe a que los árboles no les dejan ver el bosque, y por ende, nunca aprendieron a hacer una maldita carretera recta. Para eso están las empresas de traslados desde aeropuertos (a enlazar así lo llaman ensuciar Google) que, como en las pelis, te esperan a la llegada con un cartel con tu apellido escrito a rotulador, te recogen el equipaje (porque si vas en este plan no llevas mochila), pinchan música de Haydn en la radio de su Škoda y mientras degustas una imaginaria botella de Moët llegas a la localidad pesquera, sin aguantar imbecilidades, sin esperar al DART, sin mirar buses (que no son mucho más baratos) y, en definitiva, sin preocupaciones.

Y así se mantiene el blog, pues, al igual que yo, eso de viajes y vacaciones le suena a ciencia ficción de la mala, la de monstruos y tetas.

Visto en: Zync.

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Apple Música Pensando en alto Tecnología

El extraño reciclaje de logos de Apple

Por si no os habéis enterado, hoy ha habido una presentación de productos de Apple, la antaño empresa informática que producía ordenadores y hasta hace nada sistemas operativos decentes para ellos. Y he de decir que ha sido de las más graciosas. Para mí la que más. También se debe a que llevo una semana algo más hijo de puta que de costumbre, pero me ha encantado ver a Jobs pausar sus discursos, como bien tenía programado, para que el público aplaudiera y, al ver que aquello no tiraba, retomar disimulando con cara de extrañeza y un «Woops!» su palabrería. Hasta él se ha dado cuenta de que la gente, avispada, miraba con extrañeza ese reproductor Blusens de Carrefour (o DealExtreme) que presentaba como iPod Nano, y que no puede pegarse 10 minutos para hablar de un iPhone sin capacidad de llamar. De verdad que me he reído mucho. Tal vez sea por haberla visto en vivo a traves de una web que han facilitado, de esas estándares que sólo funcionan en Safari. Ah, sí, también han cogido una Play3, le han quitado la capacidad de jugar, la capacidad de almacenar datos, la capacidad de hacer pesas con ella y la han rebajado el precio a una tercera parte. Han mantenido el color, blanco Apple. Y tal. No, es coña, que tengan los huevos de decirme que no hay en el mercado productos que cumplan esas funciones facilmente cuando llevo haciéndolo sin molestias años desde mi consola… Pues eso, ¿quién lo va a aplaudir?

En el apartado del software, aparte de un parche para los móviles, han dicho algo de actualizar iTunes. Más risas. Una red social con nombre de comando de red (que llega un porrón de años tarde o unos pocos menos) que ha servido para que veamos cómo nos intentaba hacer creer que era el fan número uno de Lady Gaga -quien antes de lanzarse al público la aplicación ya contaba con unos falseados 90.000 seguidores y escuchaba a Metallica-, momento en el que el vídeo se cortó, por cierto, un par de veces (eso hace… unas tres millones menos que cuando hace años lo seguí por Applesfera). Una curiosa herramienta que no voy a actualizar en absoluto ya que las asombrosas novedades que trae no me sirven ni para darles por cool. Quieto. Respira.

Pero me mola su logo. Ha sido amor a primera Vista.

Microsoft Windows iTunes Edition

Nada más verlo he soltado otra carcajada, porque una cosa es que le manguen a Atari y otra que se lo levanten a la empresa a quienes llevan años criticando por imitarles el estilo. Igual ha sido sólo mi cabeza la que ha visto el parecido (y ha decidido montar ese bonito collage en un programa sin licencia)

No me quedan más palabras amables para hoy. Voy a seguir estudiando, con los cascos en mi nada brand new pero sí bonito mazacote iPod con vídeo al que le sigue fallando la clavija, ese que ya no permiten comprar. Vintage.

Visto en: Apple Special Event Septembre 2010.