El iPhone ha mejorado. Me sigue pareciendo una putada fácilmente solventable el hecho de que no puedas utilizar el Bluetooth más que con los auriculares estos que no se ven nada en absoluto (pero nada, nada, ¿eh?) impidiendo que dos amigas compartan una foto de una cena, y tiene detalles como colocar la etiquetita de «FotografÃa subida desde mi iPhone», «Enviado desde mi iPhone», «Soplando con el fuelle desde mi iPhone» etc por lo que me sigue pareciendo un aparato repelente.
Un cacharro majo (a la tercera) que no me suscita interés, y menos aún mientras espero que Google se alce en armas en un golpe de estado a nivel mundial y gobierne el mundo de una puta vez. Que para eso es para lo que han sacado Android, hostia.
El grueso del post y lo que ha hecho que me chirrÃen los dientes y comience a escribir esto es un anuncio que he visto en televisión, ya sabéis, esa cosa que hay en los salones frente a la que pasabas las noches antes de tener ADSL y tenÃa un software muy entretenido llamado ¿Qué apostamos? Le quedan dos ratos porque con el Año Nuevo le toca una actualización de firmware morrocotuda y por lo visto si no aceptas vivirás en un plano (sÃ, tal cual, asà de absurdo) y tu vida pasará a estar marcada por un tono azul y unas rayas blancas. Sobre todo rayas, muchas.
Bueno, fuera coñas, en un anuncio del iPhone de estos que hacen donde se meten en la web de El PaÃs y de El Mundo indistintamente para que veas que es realmente para todos (mientras pasa por debajo un mensaje de advertencia: «La velocidad real es menor, se ha acelerado para la ficción» o algo asÃ), aunque siempre termines en Marca, han sacado a relucir la pancarta que lo distinguÃa de los demás teléfonos hasta que los mencionados nuevos héroes mundiales han querido, su tienda de aplicaciones. Algo conocido por todos, ¿verdad? Bien. Sin duda es lo que hace molón al aparatejo.
A mà los neologismos me dan arcadas en muchas ocasiones, y si durante 20 segundos escucho a un fulano cualquiera cómo dice «aps» (porque sólo se pronuncia una P) 5 veces para referirse a una aplicación me hierve la sangre de tal manera que si me meto en la bañera y me corto las venas hago un cocido de lagarto.
Y, en definitiva, que podrÃa ser más visceral, pero hoy no es el dÃa.
Visto en: «Visto en tu iPhone».