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Pensando en alto

Palestinas de colores para progres de papá

La revolución de la moda. Pero revolución de las de verdad, de las de puño en alto y cánticos libertarios a cargo de viejas glorias melenudas. ¿No sabes qué regalarte en Navidad? ¿Dices sí a la kale borroka pero quieres ir elegante para la foto de la ficha policial? ¿Tu bufanda de Thomas Burberry no es suficientemente reinvidicativa? ¿Te la sopla pasar frío en el cuello y no tener ni puta idea de lo que se cuece al ladito de Israel? ¡Entonces sí! ¡Has encontrado tu complemento ideal, divine of the death!

No hace falta que apoyes las intifadas porque, de momento, eso en tu barrio no es suficientemente chic, pero todo llegará.

A lo mejor es que como aquí tenemos nueve meses de invierno y tres de infierno (y seguramente en otras partes de la Península Ibérica también pero si no digo «aquí» queda mal expresado) y se han adelantado los fríos es normal comenzar a ver gorritos, guantes, las primeras gripes, minifaldas con leotardos gordos etc. Sea como fuere lo que está pasando es que, de repente, han surgido los pijos palestinos. Chicas que en su vida anterior meaban colonia (de exquisito olor según me han chivado los retretes) y que ahora sólo les falta un AK-47 a juego con su bolso Prada original o chavales que no pueden esperar a que su padre les regale por fin el BMW X5 prometido y se levantan contra ellos como pueden, o sea.

Antes fueron las Converse, de la vestimenta de AC/DC a los pies del cocainómano y, dicen, cantante que pone la cara y voz, dicen que es voz, en ese grupo de música que es El Canto del Loco.
Antes, cuando el rollo progre consistía en ausentarse de la facultad (typical spanish) y reunirte con tus colegotas para repartir panfletos hasta que venían unos señores a caballo que, siendo su trabajo, les daban unos azotes, las palestinas (como prenda), que eran muy pocas, daban un calor muy cómodo. Pero ahora han perdido todo el sentido. Las nuevas no sólo no dan calor (la tela con la que la hacen no tiene nada que ver con la original) sino que son amarillas, verdes o rosas, ¡rosas!

Visto en: Arabic Exports Inc.

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Buhardilla

Leer al dorso

Este blog te entró de regalo en una bolsita de Napalm siendo una unidad indivisible y no debe comercializarse por separado bajo pena de combustión.

Visto en: Snack Post.

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Pensando en alto

La carrera psicológica del céntimo infinito

Seguro que de esto se ha hablado en cientos de ocasiones y hasta se habrán desarrollado tesis doctorales al respecto, pero como ahora me toca a mí dar la visión del tema os tocará hacer como que es la mejor versión. Ya sabéis, agua pasada no mueve molino mas ego del blogger sí mueve montañas.

Un supuesto práctico: eBay y su modo de subastas.

Y aquí desarrollo directamente la teoría. Tenemos un elemento de coste definido, supongamos 60€, y no nos parece ni un atraco ni una ganga, pero como nos gusta (no se aceptan necesidades, sólo caprichos) pues lo queremos comprar. Pero a la hora de pagar vemos que sólo hay uno y que vale 60.01, ¿lo compras? Pues sí, por un céntimo más. Ahora 60.02, por un céntimo más al anterior… 60.03, pues también. Y así, literalmente ad infinitum. Y esta es la base de una subasta, el ejemplo más claro, eBay.

Mi caso: Un objetivo de hace décadas: Hace unos días costaba 9.99$ ni me molesto en hacer el cálculo en euros. Hace unas seis horas costaba 22$, más del doble porque alguien ha considerado que merecía la pena pagar más y ha dicho que él lo pagaba. Hace unos minutos 45$, parece que según se acaba el plazo (dos horas mientras escribo esto) se ha revalorizado de nuevo. Ahora mismo, 54$, si le sumamos el envío a españa se queda en 60€. ¿Se ve a dónde quería llegar?

Ahora empieza una carrera. En este justo momento pagaría lo que piden por él, pero si luego lo ponen a 60$ diré: no me voy a quedar sin juguete por unos 3 euros, que no van a ninguna parte. Y si llega a 65 (11 más del precio actual) tampoco iba a quedarme sin cristal, que eso por tres cañas que no me tome lo rentabilizo. Entonces, ¿cuál es el límite? Yo me estoy forzando a establecerme un límite, es decir, 65 sí, con algo de remordimiento pero 66 no y espero a otro. Otra vez al punto inicial: ¿Venga, que por esa diferencia no lo vas a coger? Cuando en realidad la diferencia podría tomarse en cualquiera de los puntos anteriores incluyendo el precio inicial que era muchísimo más bajo.

Pero, ¿qué leches?, ¿lo paga el AdSense, no?

ACTUALIZO: El objetivo en cuestión se ha vendido por 94 dólares más envío en una constante subida durante los dos últimos minutos. Me quedo con cara de subnormal y sin cristalito, pero con el dinero en el bolsillo, más de 70 me parecía una salvajada. Encontré el límite.

Visto en: Explicaré el motivo real más adelante.

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Música Vídeo

The Beatles, Hey Jude

Era inevitable después de ver la peli. Mantengo mi rechazo al grupo y que pese a tener buenas melodías los ritmos no me gustan nada. Al menos en esta canción se entremezclan bien tanto ritmo como melodía. En definitiva, a unos el LSD les volvía peligrosamene creativos y a estos otros simplemente subnormales engreídos venidos a semidioses. Sólo salvo a Ringo.

Si no os gusta, cosa comprensible, recurrid a Los Manolos como los pinchas de medio pelo de las bodas.

Visto en: Youtube.

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Lagarto

Tirado

Hoy ha sido, sin duda, un fabuloso día puerco y vago. Me he despertado, tarde, a las tres, me he lavado la cara y no me he duchado. He malcomido unos spaguettis, no me he limpiado los dientes, e intentado pasarme la que creo que es la última misión del GTA IV, pero como cada vez me parece que la que he terminado es la última no estoy nada seguro.

Miro en Marca, quiero ver contra quién juega la Real y a qué hora. Abro eBay, todos los objetivos que estoy siguiendo son ahora más caros excepto uno, falta más de un día para que acabe la puja. Exploro qué cosas nuevas y prácticas trae Ubuntu 8.10 mientras escojo unas fotos, las edito y las subo a Flickr. Digo a Neok que me iré a hacer algo de clase y que suerte con los tests de tráfico, pero nada, me quedo conectado a ver pasar las horas.

Bajo a la cocina, mi madre quiere hacer rosquillas porque han venido familiares, ésto no viene en ¡Cocina conmigo! Hago lo que puedo intentando no estorbar. Vuelvo al Marca, la Real va ganando. Mensaje al móvil: «Estamos en tal sitio, vente», por supuesto con escasez de vocales. Respondo: «Estoy vago», llega una respuesta, es un insulto.

Mus asoma la cabeza y con gesto de decir: «He subido hasta su habitación para que alguien me saque a mear y ese alguien sos vos» me convence. Cargo algunas últimas canciones en el reproductor. Hace frío, no me apetece ponerme el jersey de ayer, busco en mi armario que tiene la manía de estar siempre abierto. Ahí está, entre un abrigo y una cazadora: una sudadera azul, desgastada, descolorida y de la que perdí un aro del agujero de la capucha hace tiempo. Hacía más de un año que no me la ponía. Todavía tiene ese tacto cariñoso. La compré en Irlanda por 7€ hace unos tres años, magnífica inversión. Un abrigo encima y dejo caer a la tropa un desganado «ahora vuelvo».

La compi se sabe la ruta, casco R a la oreja derecha y el otro a la otra, arrastro los pies hasta que casi me caigo por tropezarme, se me había quedado enganchada la bota en una rama. La perra me mira diciendo: «Gilipollas…». Una hora y disco y medio después aparecemos otra vez por casa, son las doce. Miro el teletexto, la Real ha ganado. Apetece ver una peli. Across de Universe lleva mucho tiempo en el disco externo y ya iba siendo hora de darle matarile. Como suponía, los Beatles tienen bastantes canciones buenas pero me siguen cayendo realmente mal, por cierto, la prota enseña una teta.

Son las dos, subo a la buhardilla, abro eBay, aún más caros menos el de antes, la gente está fatal. Un mensaje de una amiga: «Perdona que no te felicitase en tu cumple», eso fue hace más de un mes.  Recapitulo un poco y me doy cuenta de lo que mola no hacer nada y vaguear como un cerdo toda una tarde. Abiword, tecleo: Tirado.

Visto en: un gustazo y una comodidad. Felices fines de semana.