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Lagarto Pensando en alto

De hurtos y demás

Ayer salí casi corriendo de clase porque preveía que iba a perder el autobus, y aunque la frecuencia es buena, no me apetecía esperar 10 minutos más.

Con las prisas no me di cuenta de recoger la memoria USB donde almaceno prácticamente todo lo que hago en el día, prácticas, ejemplos, programas, apuntes etc. No me enteré de que me había dejado el dispositivo en clase hasta ayer por la noche, que lo eché en falta a la hora de querer utilizarlo para ver cómo se hacía un ejercicio.

Esta mañana llegué bastante desesperado a recepción con la esperanza de que alguien la hubiese recogido y entregado, ya sabéis, por no joder mucho la marrana y llevársela consigo mientras me jode todo lo que llevo hecho desde que empezamos el curso. Porque de la mayoría de las cosas no tenía copia de seguridad, y si quería recuperarlo tendría que pedir a alguno de mis compañeros que me lo deje y modificarlo hasta tenerlo a mi gusto (o mejor dicho, hasta conseguir que lo entienda perfectamente, porque cada uno toma apuntes a máquina de una forma y escribe el código de maneras distintas, yo tengo la manía de comentar casi cada línea, otros prefieren comentar un párrafo o no describir nada).

La mayor sorpresa llega cuando la recepcionista me dice que en lo que va de semana ya van tres; oh, sí, batiendo récords. Esto quiere decir que si la perdía ayer (martes) se dan bastante prisa en hacer desaparecer sticks USB.

Así el día va transcurriendo y voy enviándome al email y subiendo a mi cuenta en el servidor de la universidad todo lo que tengo (poco) guardado en el ordenador local. Mientras, maldigo a quien haya sido el cabronazo (porque sé que lo hace por joder) que me ha virlado. También he aprovechado para escudriñar las manos de la gente para ver si alguien la tenía (así de paranoico soy). Que sinceramente, el aparato me da bastante igual, mi AdSense me permite comprar otro (de baja calidad y sin marca), pero es que me da igual, lo que me jode es tener que empezar a recuperar y rehacerlo todo. Cabrón.

Para colmo, a media mañana me encuentro con que no soy el único en esta situación.

Termina la jornada y, un poco desesperado y cabreado, vuelvo a preguntar a ver si en recepción sabían algo. «Tenemos, una, ¿es esta?» En efecto, era. Gracias a Dios, sólo falta llegar a casa y comprobar que todo está bien, que no la han formateado o que no la han maltratado para que no pueda conectarse bien al puerto o qué sé yo.

Pero me extraño, ¿y si no es la mía?, ¿y si es una de las otras perdidas y resulta que es el mismo modelo que la mía?, ¿y si tengo información que no me pertenece? Hasta que no llegue a casa nada, resulto que estaba bien. Pero, ¿y si otro alumno pregunta antes que yo y se la lleva, siendo la mía? Mi faceta de chico desconfiado no conoce límites. Con una simple pregunta del tipo, qué marca, qué color y qué capacidad le hubiese bastado a la recepcionista para saber si soy el legítimo dueño o no. Por suerte, a estas alturas ya ni me importa.

Visto en: ¡Paranoia, paranoia, paranoia!

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Blogs Lagarto

MEME: Síndrome de Stendhal

Tenía miedo a este meme y lo he ido retrasando. Soy un poquito cobarde para estos temas, y además, es que es muy difícil. ¡Incluso para alguien con las aptitudes mías!

Me lo envía Zuviëh, mejor dicho, me lo envió. Lo he tenido en la cola de espera dos semanas y media. Como ya muchos sabéis, trata de contar cinco o seis «algos» que te hayan causado una felicidad extrema.

Debido a su dificultad, he recurrido a algo sucio, freakadas que no vienen muy a cuento pero rellenan.

  1. Cuando acabé la trilogía del Señor de Los Anillos, no sé, me pareció una historia magnífica y Tolkien es Tolkien. Mereció la pena leerlo antes de ver las películas.
  2. Con el fin de Cowboy Bebop, toda gran historia ha de tener un gran final, y una serie así no puede ser menos. La película en cambio no llega a ese nivel. Lo mismo me ocurrió con V de Vendetta, una gran historia, un gran final, sólo que la película sí me parece estar a la altura.
  3. Esta misma tarde, porque hay cosas que no tienen precio.
  4. Cuando tenía 15 años y una playa de piedras era mucho más que eso, no creo conveniente detallar.
  5. Aquí debería ir alguien, ponte tú, aunque se te haga cuesta arriba.

Como el post me lo ha enviado una chica, mujer, dama, damisela etc, lo recibirán las mismas personas de su género. Discriminación abuhardillada.

FiFi, pao2, La Petite Princesse, OkOk, Lorena, Cosicu (espera, que me he confundido, que este es tío), Rosa Mª García (MS España, a ver si acepta el reto de un humilde linuxero) y finalmente ms. Tibbetts, es lo malo de tener blog, antes los podías hacer mentalmente.

Gracias a todas por aumentar mi importancia en Technorati con vuestros enlaces.

Visto en: Post en la recámara.

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Pensando en alto Tecnología

Desarrolladores precoces

Me molesta bastante que un niño de 13 años sea el abanderado de iPod Touch por saltarse protecciones y lanzar el famoso iJalBreak o que el chaval que metió Linux en un iPod por primera vez modificando el código del sistema fuese un simple mocoso de secundaria. El tipo que lanzó Sasser estaba en un instituto, etc. Sobre todo, porque a mí se me olvidan cerrar las llaves de C, }.

No, no entraré en la vieja discusión de que si son chavales sin amigos que se pasan el día conectados etc. Porque seguramente salgan los fines de semana y vayan al cine a ver los estrenos de Pixar religiosamente. Y bueno, una de esas personas que está muchísimo tiempo al día frente al ordenador, soy yo, no sería una comparación benévola.

Lo cierto es que la programación, el desarrollo de aplicaciones o como quieras llamarlo nunca ha sido algo que me atraiga especialmente. Este año lo llevo más o menos bien, pero claro, son programas que difícilmente superan las 50 líneas de código, y lo más complicado puede ser anidar un bucle dentro de otro ¡y que funcione!

Por eso me pregunto, ¿cómo leches un chaval de la generación teletubbie puede resultar un crack en esto? Qué putos cracks. Los nuevos Wozniak. Al menos ellos ya tienen salida profesional asegurada.

Visto en: iJalBreak, iPodLinux, Sasser

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The Rolling Stones, Wild Horses

Queridos amigos, bienvenidos un domingo más a este humilde y a la par pedigüeño blog (bueno, pedigüeño el que lo mantiene) donde nos juntamos para realizar el visionado de conciertos en directo, que no en vivo, pues nos llegan del pasado y además están grabados.

Wild horses es el título de un episodio de Cowboy Bebop (casi todos de los 27 episodios que forman la serie, así como el nombre de la película están cogidos de canciones Rock) y una canción interpretada por unos jóvenes drogadictos que han llegado a los 70 años extrañamente sanos, vapulearon a los escarabajos con el ritmo que les faltaba a los insectos, pero pecaron de la falta de melodías que les sobraba a los de Liverpool -no, Pink Floyd no, los de Liverpool, pero los malos-, así que nos juntamos con muy buenas canciones y otras que mejor se las podían haber introducido en el recto para nunca más salir. Sus satánicas majestades:

[youtube r0_igHJTlak]

Visto en: Youtube.

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Lagarto

Volver a salir

Hacía casi dos meses que no salía. No como tal, de estar un rato en un sitio y otro rato en otro hasta que toda tu ropa huele a tabaco (y te repugnas), hasta que te das cuenta de que ya son las cuatro y hay que ir pensando en volver a casa, a que de no salir durante un tiempo has ahorrado una pasta, que no pasas de unas cervezas porque no te apetece más… A que cuando vas en dirección al coche con los amigos una morena te grita «ricitos» y sientes un no-se-qué mientras sonríes estúpidamente.

Y sí, sabes que seguramente sea de las que calientan pero no cocinan, pero con el frío que hace en la Siberia de la Meseta Norte no importaban unos grados más, ni unos centímetros de proximidad menos.

Sin desviarme del tema, me han sacado de casa casi por la fuerza. Y es que estaba demasiado perezoso como para ir a dar una vuelta si quiera, vamos, que no me apetecía ni jugar al billar, algo que me ha sorprendido incluso a mí.

Por suerte, a comienzos del fin de semana todo te parece mejor que ponerte a lidiar con Borland (peor lo llevan quienes lidian con Excel, que me lo ha dicho un pajarito), ergo acepté un poco a regañadientes y muy forzado la invitación basada en un:

Bah, tío, no te vuelvas un maldito hermitaño, tío, joder, sal.

Como se ha visto con el tema de la publicidad, me vendo por nada, y convencerme es fácil. Si añadimos que los amigos no son de Valladolid capital y necesitaban un «guía», la noche cobraba mayor interés. Dónde llevarlos, dónde aparcar, etc. En cotnrapartida, por la mañana (y parte de la tarde) los de Ciencias habían tenido su fiesta, y mucha gente había elegido pasar la resaca en casa y no bajar por la noche, por tanto, el ambiente dejaba bastante que desear.

Imaginé que sería bueno, sin agobios. Pero claro, eso aburre demasiado. Aburre hasta tal punto que me aposté lo que quisiesen a que no me dejaban entrar (ni a casi ninguno de los que éramos) al centro de reunión depijos por excelencia de lo que viene siendo Pucela. Y estaba muy confiado, botas, vaqueros desgastados, cazadora de cuero, lo tenía todo a mi favor (o bueno, a mi contra, ya que la misión era no entrar). Sin embargo, el cabroncete del portero, sabiendo que todo estaba bastante vacío, ha levantado la veda y nos ha permitido cruzar el umbral a todos con una amable sonrisa y un buenas noches.Mierda, para un día que se me ocurre volver allí y tenía que ser esta noche, maldita la hora.

Ha sido divertido, reutilizando las viejas tácticas de «Ey, hola, ¿conoces a X?» o el manido «Hola, buenas, es su cumpleaños, dale dos besos, ¿no?» que nunca suelen tener el efecto deseado, pero que irónicamente a las chicas les hace gracia. No entenderé a las mujeres jamás por lo que parece.

Sí, ha sido raro, a la par que agradable, pero sigo teniendo la misma pereza que hace 8 horas y viendo que esto de salir, de volver a salir, no me aporta nada nuevo (de nuevo), muy probablemente tarde otros mesecitos en regresar a la vida nocturna más allá de la taberna de siempre.

Como última pincelada. Escucha morena, los rizos, o ricitos como dices tú, tienen dueño.

Hasta la próxima, buenas noches y no seáis malos.

Visto en: Tintín, ese era su nombre. Y su desgarradora prole, que bien podían salir en la basura.