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Música Vídeo

Celtas Cortos, Haz turismo

No habría mejor canción para celebrar mi cumpleaños que el Happy Birthday de Marilyn, pero para eso ya me he dedicado una entrada entera y exclusiva, no aprovecharé más ese tema (de momento).

Si nos fijamos en el panorama político-militar del mundo vemos que la dictadura comunista birmana no permite a los disidentes oponerse, por otro lado, el hijo de mi vecino sigue destinado en Afganistán (algo normal aquí, donde hay mucha tradición militar, su padre es militar y su hermano también).

Y en esa descripción también cabe Cifu, cantante de Celtas, pero se escapa el detalle de que no vive en mi barrio (pero podría guiaros a la casa de sus padres, que es hasta donde sé llegar). En fin, mucho «No a la guerra», pero siguen adiestrando a chavales de 17 años fusil en mano a 20 minutos de aquí para estúpidas misiones de paz, donde el peligro es mínimo y nunca muere nadie. Así es la política actual, y así se la hemos contado.

[youtube kdCBMM55cCM]

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Lagarto

XIX

Visto en: No empiece a pagar haste el 30 de septiembre.

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Lagarto Pensando en alto Videojuegos

Seal of Quality

En teoría tendría que comentar mi primer día como universitario, pero no quiero aburrir a nadie, he oído que hay una persona que lo hace bastante bien. No lo sé, no leo eso.

El tema que ocupa la entrada de hoy tiene que ver con Nintendo. Me he enamorado de su mini máquina (Nintendo DS Lite), mi hermana me ha regalado una, y para probarla me decidí a alquilar un par de juegos, el mítico Mario Kart (en este caso DS) y por otro lado el Final Fantasy III. En el primero jugué un par de carreras y lo devolví al ver que la conexión wifi de la consola iba bien, el otro, he terminado comprándolo. 35 euros menos, podía haberme esperado a tener el «cartucho mágico» que tan buenos resultados da, pero… pero… No me divertía tanto un juego de rol desde El Templo del Mal Elemental (mucho mejor que los Baldur’s Gate, por cierto). Y quitando los Zelda, el rol japonés nunca me había llamado la atención en exceso, el fantástico Final VII sí, pero el resto me dejaba siempre un sabor agridulce, echaba de menos las reglas de Dragones y Mazmorras. Y no quiero imaginar lo freak que suena eso.

Seal of Quality

No quiero hacer ninguna review ni contar pros y contras de la consola, se han hecho muchas, algunas muy buenas y aclaratorias. A mí me han servido para decantarme, ya que aunque pagaba mi hermana, elegía yo. Siempre se ha dado a entender que la potencia gráfica de ésta máquina dejaba mucho que desear, como la seguridad de Windows, pero cualquiera que haya visto el trabajo técnico y gráfico realizado por Squaresoft (me resisto a llamarlo Square-Enix) se dará cuenta de que no tiene mucho que envidiar a su prima PSP -vale, no es lo mismo-, pero a mi juicio, mucho más bonito, una preciosidad, y merece que descargues, alquiles, robes (o incluso compres como yo) el juego para poder disfrutarlo.

En estos casos es cuando de verdad Nintendo debe sentirse orgullosa de imprimir sus productos con el Sello de Calidad. He jugado 7 horas a esta aventura medieval, y cada escenario que descubro se me cae más la baba (si cabe), no tanto como contigo, por supuesto.

En definitiva, Nintendo ha superado por mucho mis expectativas, me divierte, cosa que la PSP sólo consigue hacerlo con dos juegos, los GTA. Si siue así, no descarto pillar la Wii para Navidad.

Visto en: De venta en Carrefour

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Fotografía Los píxeles del jueves

Los píxeles del jueves

Aumentando mi frikismo

Visto en: Flickr

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Curiosidades Pensando en alto

El coco, depilación total y pendientes en los pezones

También podría haber titulado esto como «la historia de gimnasio más grande jamás contada», pero sería recurrir a algo demasiado novelesco, incluso para un caza enlaces como yo. Os presento tres posts semi-independientes en uno.

Parte 1, el coco.

Ayer volví al gimnasio después de unos días sin pisar por allí, y nada más entrar me dí cuenta de la cantidad de gente que se había apuntado, supongo que aprovechando el tirón de los corticoles, el volver a empezar y que los niños están en clase. En tres semanas se irán todos y nos quedaremos «los de siempre». Este efecto de masificación no me llamó la atención en absoluto si lo comparamos con mi asombro al ver al coco.
El coco es ese personaje de ficción creado por padres y abuelos para que los niños tengan miedo y así se coman las acelgas, si no se las come se los llevará, como nadie sabe a dónde de zagal siempre supuse que no habría sitio peor que una cocina en la que tenías que comer acelgas. Que el coco de los cuentos no sería tan fiero como lo pintaban. Tal vez me estuviese equivocando.

En los vestuarios me encontré con un personaje cuya asombrosa sombra dejaba entre ver a un hombre sin sombrero asombrado por cómo la taquilla absorbía su euro, una acción que le dejaba absorto, aunque lo que asombraba era él y su asombroso aspecto (podéis aplaudir asombrosamente en este punto de la narrativa mostrando vuestra aprobación a mi locuaz, sensata y lógica utilización de la lengua castellana).
El hombre no era gordo, ni acaso orondo. El hombre era muy obeso. No grande, porque de estatura no levantaba más que Torrebruno, en cambio de ancho lo triplicaba. O eso, o debajo de sus ropas vestía cojines para recoger el sudor y así aparentar más talla de la que tiene.
La duda no duraría mucho, es un vestuario: la gente se desnuda. Y él, como intento de humano, también.