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¿Cómo hago para...? Lagarto

El bolígrafo Bic de imitación de 230V

Uno, que es un descerebrado, y que encima quiere alzar el vuelo dejando más o menos recogido el nido, muy cuco (risas enlatadas), va a contaros una historieta. Anecdótica, práctica y afortunadamente nada peligrosa. Cuando con quince años pisé por primera vez territorio gaélico ni se me pasó por la cabeza comprobar con antelación cómo son los enchufes de allí ni la tensión que circula por los circuitos de sus hogares. Así que, como casi todos, dí por supuesto que sería igual que aquí, y la pifié.

Cuando me fijé en las tomas de las paredes vi que allí los enchufes no eran iguales, tenían tres agujeritos, no dos como los que estamos acostumbrados a ver por aquí. No era mucho problema, me tendría que acercar a una tienda y comprar un adaptador, además, si lo compraba con un compañero pues esa mitad que me ahorraba ya que en aquél momento sólo tenía la necesidad de cargar la batería del teléfono que duraba más de una semana y, a malas, seguro que algún nativo podía dejarme un cargador de Nokia. Afortunadamente el resto de cacharritos como la cámara o el discman (¡discman!) funcionaban a pilas, me afeitaba con cuchilla y no llevaba pinzas de pelo ni nada parecido como solían hacer las chicas.

Plug

Pasaron dos o tres días y no habíamos comprado aún el dichoso adaptador. Empezamos a sentir la necesidad de poner fin a esta tontería, por lo que pudiera pasar, fuimos al Tesco de confianza y no quedaba ninguno, así que de vuelta a casa. En la habitación de la casa donde estábamos la familia tenía una radio, rosa, la habitación era de una chica, y decidimos encenderla para hacer la tarde más amena. No sonaba, estaba desenchufada. Al coger el enchufe me llamó la atención que el conector superior era una pieza de plástico, no conductor. Y ya uní los puntos al ver de cerca la toma en la pared y el limado que tienen todos los enchufes, el sistema, bastante ingenioso y aparatoso, es que la conexión superior debe ser de seguridad, se levanta con la pieza de plástico al conectar algo y ésta, a su vez, deja libres los otros dos de abajo que son los que conducen la electricidad, la base del triángulo. Tate.

Ni corto ni perezoso le pedí a mi compañero, que se llamaba Iñaki, por cierto y que seguía esperando que enchufara aquél cacharro, algo fino y alargado. Me dio un boli, similar a un Bic de toda la vida, pero más barato. Levanté con la punta del bolígrafo el plástico de la protección interior temiendo más por un posible apagón en la casa, el barrio, la isla, Europa o el planeta entero (y su consiguiente bronca) que por un chispazo que me quemase la mano. Al ver que subía y bajaba a voluntad me animé a conectar el cargador del teléfono ya que, aunque allí los orificios con rectangulares y no circulares, las clavijas cabían perfectamente en los agujeros de la base del triángulo, pensando de nuevo que si quemaba un cargador de Nokia por suministrar demasiada tensión, no era tanta pérdida. Resulta, por lo que comprobé más tarde (en segundo de Bachillerato) que aunque en España nos venden la moto de que la tensión es de 220 voltios, realmente son 230V (400V/√3 si nos facilitan la trifásica, que da algo más, pero como este post no es una clase de Electrotecnia no me voy a meter en detalles) y en el Irlanda, así como Reino Unido, la tensión es de 230V también, por supuesto, con la misma frecuencia.

plug #1

Así pues, nos apañamos aquél bolígrafo sin tinta como adaptador de corriente (sin saber si estábamos dando por saco al circuito de la casa), simple y llanamente enchufábamos algo y nos funcionaba, un lujo.

Si tenéis algunas dudas sobre en qué países os viene bien este truquillo por si estáis pensando en realizar un viaje con la novia, visitar a un amigo o empezar una nueva vida, hay tres artículos en la Wikipedia bastante interesantes sobre este tema, sobretodo si en clase has visto y trabajado con estas chispeantes cositas: Tipos básicos de enchufes y su distribución por el globo, el anteriormente enlazado que detalla cada tipo de enchufe y un resumen de ambos cuyo título lo dice todo: Enchufes, voltajes y frecuencias por país que nos servirá para saber si podremos enchufar cualquier cosa en cualquier parte del mundo sin miedo romper nada. Yo, por puro egoísmo, me quedo con mi valentía frente al enchufe aquél de la radio, que en ese momento apenas tenía claro lo que era la corriente alterna y la contínua, y afortunadamente me salió bien la aventura.

Qué majete soy. Buenas noches.

Visto en: The Fairways, Corke Abbey.