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Jajajás Música Vídeo

Académica Palanca, La apoyadura

De los creadores del mítico tema humorístico Me llaman mala persona, seguro que lo recordáis de aquellos infinitos programas del morenín Noche de fiesta.


¡Y va y le compra la felicidad!

Y venga, a la cama que al que madruga Dios l’apoya.

Visto en: Youtube.

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Pensando en alto

La duda Cachuli

Espero que alguien sepa responderla: ¿Se puede pedir comida desde prisión?

Visto en: No, por si las moscas.

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Curiosidades

CELL PHONES FOR SOLDIERS

Hace ya varias semanas recibí un paquete de Amazon y como es habitual en la tienda entre libro y libro te calzan unos panfletos de publicidad que miras por encima sin mucho interés. Hasta que dejan de ser descuentos en cosas que no necesitas para encontrarte esto:

Un sobre de plástico que te anima a enviar tu teléfono al ejército estadounidense. Lo primero que pensé, frívolamente, fue: «hay que ver cómo son los de Defensa yanquees, así ahorran en componentes». Imaginando que querían los terminales para aprovechar piezas y ahorrar infraestructura. Pero no, es un gesto de bondad humana e infantil. Lo contaré a mi manera, que posiblemente no sea fiel a los hechos pero me gusta más:

Era una bonita tarde en Massachusetts, los hermanos Bergquist volvían de clase sonrientes esperando devorar la rica lasaña de mamá Bergquist. La hermana, de 13 años (y ya acomplejada porque las series de televisión le dicen que no es popular) habla con él, de 12, demasiado pardillo para entrar en el equipo de alevines de fútbol pero no tan listo como para que le hagan un hueco en el de matemáticas. Discurría su camino a casa cuando oyen algo de que un soldado de su localidad (que mantendremos en secreto para proteger la privacidad de los chamacos) se ha dejado una pasta gansa llamando a casa desde donde estuvo destinado, por supuesto en la versión cinematrográfica ese sitio será Irak sí o sí. Y así, el pequeño de los hermanos, que ya se había olvidado de hacer los deberes dijo: «Oye, ¿por qué no le decimos a ese hombre que utilice Skype?», a lo que ella, más avispada respondió, «No, hermano, mejor montamos una ONG que se dedique a recaudar teléfonos para que puedan llamar a casa, y de paso nos sacan en la portada de un libro«.

Y así fue.

Visto en: Al abrir la caja y ver la bolsa, sin fijarme en lo que era pensé que servía para vomitar dentro, como en los aviones, de verdad.

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Fotografía Los píxeles del jueves

Los píxeles del jueves

Hoja flotando

Ardilla comiendo

Rojo otoñal

Visto en: Flickr, otoñal.

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Cómics Curiosidades

Desmembrando una muñequita japonesa

Andaba yo aprovechando las horas de Análisis de Sistemas (cualquier cosa que contenga anal no es buena y ésta asignatura no iba a ser excecpión) visitando las fotos de mis contactos de Flickr y me encuentro con esto:

La imagen de unas piezas que forman la figura de una chica japonesa, seguramente un personaje de anime. Una de esas que muestran el continuo quiero y no puedo oriental: intentar ser lo más sexualmente explícito que se pueda pero con pudor. Es como cuando sacan el vídeo de alguien ahorcándose, se ve perfectamente cómo muere pero se le pixeliza la cara para no mostrar el sufrimiento (una tontería, creo yo).

Seguramente en Japón este tipo de muñequitas de grandes pechos, firmes, braguitas de encaje y una melena hasta las rodillas: colegialas dispuestas a cualquier cerdada tentadas por adultos morbosos tengan un nombre. Prometo haber buscado cómo es, pero sólo le he dedicado unos segundos así que he cumplido, pero no ha servido para nada.

El motivo por el que le dedico un post al tema, a parte de que estoy petando la semana con mi contenido de una calidad superlativa, es porque siempre, siempre, siempre supuse que éste tipo de juguetes (o como se les califique) eran indivisibles. Los he visto muchas veces, en tiendas de cómics, me parecían fríos. En su blister, la mirada de plástico perdida en la sección de DC Comics mientras pasan y pasan chicos y chicas a ver el último número de cualquier serie. Pero no, puedes desmontarla, desvestirla… y seguramente que tocarte con ella. Es más depravado de lo que sospeché, ¡jodidos japos! Encima al revisitar las lecturas pendientes me encuentro con que los chinos son peores.

Visto en: Danny Choo, que como buen japonés (y freak) es un salido.