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¿Para qué? y la terapia del blogger

Supongo que es normal, no sólo lícito sino obligatorio, que la persona que lleva un blog se pregunte el motivo final por el que lo hace. Lógicamente todo pierde sentido si el cuaderno que actualiza tiene una clara finalidad lucrativa, a estas alturas nadie se cree que en Microsiervos escriben simplemente por contar curiosidades que ven previamente en el otro lado del charco. De hecho creo que muchas entradas las sueltan de noche debido al cambio horario, es cuando las publican allí. Pero no sé, son cábalas mías.

¿Para qué has montado el chiringuito, nene?

La idea me revoloteaba por la cabeza y me torturaba la neurona desde hace mucho, mucho tiempo, no estoy sólo, pero tras leer aquello no me aclaré nada.

Como comentaba, cuando hablamos de un blog personal (web log => biographic log -sacado de la manga izquierda de mi pijama-) es más difícil ver la meta final a la que el autor aspira. En la inmensa mayoría de las ocasiones ni siquiera esa meta fue planteada. Como es mi caso, un día de finales de abril del 2006 empecé con esto sin saber muy bien por qué y mucho menos qué quería conseguir. Y ahora puedo hacer una recopilación o incluso un ranking de los mejores momentos, los peores, todo lo que he ganado, todo lo que he perdido, lo que estuve a punto de ganar y ahora no sé cómo volver a la carrera, comentaristas que aparecen, otros desaparecen etc. El día a día de cualquier bitácora, imagino.
Pero con todas y cada una de esas respuestas no me acercaría en absoluto a lo que pide el enunciado.

¿Qué quiero conseguir con el blog? Hay que darse cuenta de que acabo de cambiar la pregunta. Antes he mencionado que cuando comencé no tenía un destino marcado y el GPS de internet me ha traído por este camino hasta aquí, punto. Ahora pregunto, ahora, no antes, cuál es esa meta. Y si en el momento de alcanzar tal fin me vería obligado a dejar hundirse el barco porque, entonces sí, no tendría razón de ser.
Lo cierto es que me da miedo publicar un objetivo real. Es comprensible, lo más seguro, lo más fácil sería que ni en un millón de años lo vea cumplido. Y a sabiendas de que ése algo fuese conocido por todos, que no se cumpliera sería una entrada más en mi lista de fracasos públicos y este alma ya ha perdido demasiadas guerras. Es decir, no hay una finalidad que se deba conocer.

Dicho de un modo más aclaratorio, no quiero sacar nada concreto con el blog. Apuesto a que muchos de vosotros tenéis la cabeza girada y os rascáis el pelo; «¿Va a quitar la publicidad, él?». No, ni mucho menos. De hecho, la publicidad del blog existe pero es algo completamente secundario, hasta el punto de que su uso es efectivo dependiendo de si tú (vosotros) hacéis click en ella o no. Confieso que últimamente nadie hace uso, pero bueno, es parte de la idea y justifica a la perfección el hecho de que la pasta por la pasta no es algo primordial, es importante, mas no protagonista.

Las misiones secundarias del blog

Como si de un videojuego se tratase. Tal cual. Tienes un modo historia cuyo final ya he dicho que no se va a desvelar y diferentes entretenimientos intermedios. Traído al mundo blogosferil, otras aptitudes de un blog que sin ser lo realmente importante te ayudan a conseguir la meta original o al menos a mantenerte escribiendo. Pensaréis en las comunidades que se forman acerca de los blogs, los «amigos» que se consiguen como si de un clon de Facebook se tratara, las chicas guapas que conociste y aquella mujer madura que te dejó sin aliento por la webcam. Pero no.

En mi caso, lo que realmente me ofrece el blog no es compañerismo y elementos cool tan de moda y tan 2.0 como las quedadas de las que ya he dicho que no soy nada amigo. El blog es un magnífico elemento terapéutico.

Por supuesto que se agradecen siempre los comentarios, los trackbacks, los consejos, las partidas al GTA On-Line, las conversaciones sobre joseph o los Impala al abrigo de una cerveza, pero no es comparable a lo que quiero conseguir -y consigo- escribiendo Un Lagarto Abuhardillado.
Me gustaría que alguien pudiese corroborar esto con un manido: «Pues a mí me pasa lo mismo». Aunque como siempre insultos, caricias, mordeduras, abrazos, tirones de pelo y besos son maravillosamente recibidos (abstenerse lectores masculinos y sólo lo diré una vez).

Escribir un blog tiene una pequeña finalidad, la relajación, repito que es mi caso pero por lo que me he atrevido a observar desde mi cómodo trono de creador de la buhardilla a imagen y semejanza de como quiso mi santa madre, somos muchos los que tenemos la sensación de «Ay, qué a gusto me he quedado al dar a publicar». En mi dominio se ve fácil, hay toda una sección llamada Pensando en alto que no es más que un pensadero donde ir acumulando ideas, opiniones, reproches, berrinches etc. Un listín de sucesos, lo que es un blog, vamos.

Un día, una chica no tenía a quién contar nada y comenzó un blog, ¿eh? sí, es posible que fueses tú. Necesitaba alguien que le pudiese escuchar. Yo siempre he criticado la labor de un psicólogo (es fácil cuando nunca has ido a uno y apenas entiendes lo que hace por encima, mis críticas se fundamentan en años de estudio y aire) comparándolo con amigos profesionales, pagas, te escuchan y te vas. Sí, es acojonantemente simplista mi visión de la psicología. Cambiará en breve, una amiga va a empezar  en octubre esa carrera y me ha pedido por favor que sea su conejillo de indias, imaginad cómo debe ser mi mente… No hablo de locura ni trastornos, eso lo dejo para los médicos, en este caso sería psiquiatría.

No pretendo dar a entender que si un día estoy realmente dolido por alguien algo se me vaya la olla y mande esto y sus funciones terapéuticas al quinto pino, coja la moto (que no tengo), la pistola (que no tengo) y me plante en un bar de carretera de la Costa Oeste (donde no me dejarían beber por ser menor de 21), y de esa forma volver a intentar olvidarte olvidarlo.

Supongo que, como de momento va bien y cumple su función secundaria asignada, tendréis que soportarme unas semanas más.
Y haz los deberes, si no sólo lees, si también escribes, tal vez debas plantearte para qué vives en internet durante un rato y abres la puerta de tu corazón a extraños. ¿O es que ya has llegado a la meta marcada? ¿He perdido otra carrera?

Visto en: Trilogía abuhardillada, Parte Primera.

22 respuestas a «Â¿Para qué? y la terapia del blogger»

Bueno, me toca directamente esto que comentas ya que lo más valioso de toda mi vida llegó a mí a través de mi blog. Y no, no es el AdSense.

Recuerdo cuando publicaba coñitas sobre bellas modelos o decía lo jodidamente solo que estaba, que realmente nunca lo hice con la idea de conocer a nadie, daba por hecho que eso sólo lo leíais cuatro maromos y lo hacía más por desahogarme que otra cosa. Con esto quiero decir que se puede navegar sin rumbo y pese a ello encontrar las metas durante la travesía. De forma inesperada, grandes cosas, como puede ser conocer gente interesante o pequeñas cosas, como va a ser el monetario click que te voy a dar ahora, o simplemente saber que hay un pequeño sitio en internet hecho por ti, sin censuras. Cosas de esas que te hacen pensar «me gusta mi blog, bueno, a veces».

A mi me pasa algo parecido a ti, pero creo que la labor de un psicologo no la hace ni mi blog ni ninguno. También depende de la persona, pero creo que son cosas diferentes.

Creo que todo el mundo que tiene un blog y no pretende ganar dinero con ello (o al menos no es la función principal) agradece tener un lugar propio donde poder decir «SON TODOS UNOS HIJOS DE PUTA» y quedarse tan pancho…

Yo empecé mi blog con la finalidad de convertirlo en la guarida de un tipo interesante y laureado al que vinieran ordas de gente que se interesara por mis escritos y me elevara a la categoría de blogstar, es decir, para aumentar mi ego.

Cuando (en la 2ª o 3ª entrada) me di cuenta de que eso requería originalidad, constancia y habilidad redireccioné mi camido a no fracasar y tener un sitio donde expresar mi forma de pensar y las cosas que vo y vivo, que queden para la posteridad y, si acaso, recibir alguna crítica a mi particular forma de ver el mundo.

Yo empecé mi blog porque me salía de los cojones y por ese motivo escribo cuando me sale de los idem. Publico muy poco, pero tengo varios drafts de cosas personales de ésas que necesitas sacr fuera de vez en cuando. Y el mero hecho de «plasmarlas en papel» ya me sirve de algo.

Me gusta tu blog, aunque lo descubrí hace poco y de coña, yo tamíén tengo uno aunque debo de haber echo algo mal porqie en el tuyo donde aparece «suscribirse» se puede pinchar, en el mio no, y no se porque. Yo lo cree para desahogarme, pero tambíén me gustaría que la gente lo leyera y opinara ¿me puedes ayudar y decirme como puedo hacer eso?

La verdad es que lo de las tecnologías modernas no se me da muy bien, y me gustaría sacarle más partido a mi blog

Un saluso

Supongo que de un modo u otro a casi todos nos lleva a escribir lo mismo, desahogarnos, contar nuestras idas de olla y compartir ‘fascinantes descubrimientos’ (en forma de WTF) con el resto de la peña. Hay blogs que son útiles a la hora de comunicarse con los suyos (como los de los expatriados) pero el 90% sencillamente lo hacemos porque sí.

Negligencia (espero que no te dediques a la medicina), lo de suscribir es un enlace que consigues directamente desde FeedBurner, si utilizas el feed del blog enlázalo al de FeedBurner, hay un plugin para eso.
Si lo que quieres son lectores rápidos escribe cualquier cosa de título llamativo, mándalo a menéame y durante 6-7 minutos te entrarán cientos de personas, te insultarán, pero habrás tenido un pico cojonudo. O sino, ten paciencia, y escribe lo que puedas de la forma más interesante, divertido, cruda, nostálgica etc que sepas, los lectores aparecerán poco después.

Fran, confío en que las continuaciones también las apruebes.

Y ya, respondiendo a todos en general:
La historia es que si comienzas esto sin ningún tipo de propósito puedes estar años así, sin haber encontrado nada y puede que te preguntés para qué lo haces, al ver que no recibes nada a cambio (aunque no lo busques), decidir que pones punto final.

Gracias por los clicks, parece que Google tampoco anda muy generosa, pero gracias.

Llego la última a comentar, joder.

Estoy de acuerdo contigo en todo, pero te ha faltado una cosita creo. Y es que sí, escribirlo te quita un peso de encima muy grande, y llamarlo terapia me parece la mejor palabra, pero lo que más te libera, es que haya, aunque sea solo una, persona que te responda. O aunque sea solo una palabra, un gracias, o suerte, o ánimo. Eso es lo más reconfortante.

Nunca es tarde si el comentario es bueno, Aeris.
Verás, pensé que sería mejor no hablar sobre ello porque en mi caso no es tan así. Es cierto que existe y, por supuesto, reconforta, pero en la mayoría de las veces ya cuentas con eso, es decir, no escribes esperándolo y la liberación que supone escribirlo y soltarlo me parece más placentera que la posible respuesta de alguien. Repito que es muy personal y que depende el post puede cambiar radicalmente. Bien apuntado.

Pues la verdad es que el blog es bastante terapéutico, no vamos a decir que no, y según suben las visitas, y el número de comentarios, más aumenta tu ego y más aumentan tus ganas de escribir y más agusto te quedas… que gran invento.
Además muchas veces, gracias al blog puedes llegar a ese alguien algo que faltaba en tu vida… y eso no tiene precio.

Es la primera vez que entro en este blog abuhardillado y el primer post que leo (éste, claro) ya me ha llamado a pensar un poco, la cosa promete.

Yo soy del tipo que empezó su blog sin finalidad alguna, al menos clara. Podría acertar en parte si dijera que es una via de escape, también si dijera que me llamaba la idea de que mis pensamientos y chorradas estuvieran al alcance de cualquiera, en cualquier parte del mundo (como aquel que lo flipa cuando empieza a descubrir internet). No pensé en principio en los comentarios de la gente, creía que nunca podría escribir algo que moviera a una persona a gastar su tiempo en pulsar unas cuentas teclas sobre algo que yo había escrito. Así que quizás la razón sea la de evacuar pensamientos, así como la excitación de empezar un camino sin saber a dónde va a parar.

Reconozco que cuando empezaron a llegar los primeros comentarios fue un subidón bastante considerable, y quieras que no acaba condicionando un poco los siguientes posts, pero creo que tampoco ha cambiado el rumbo del blog. Ha pasado bastante gente, se han quedado unos poquitos feligreses, lo cual es muchísimo más de lo que pudiera esperar. Puedo decir que en estos momentos tengo el blog que me gusta. No aspiro a nada, está muy bien como está. Y sé que nunca será un blog de masas, ni remotamente. Si ya no comentara nadie, ¿seguiría escribiendo? Creo que sí.

Perdonad el rollazo, no suelo escribir estos ladrillos…

Pues antes de nada, bienvenido, como siempre digo: espero que te suscribas y des a la publi siempre que puedas, gracias.

La idea es esa, yo no considero a éste un blog puntero, ni mucho menos, pero si quito el número de lectores creo que todo seguiría perfectamente igual. Eso sí, intentaría mantenerlo y mejorarlo como pudiese, como he intentado siempre.

Gracias por pasarte.

La primera pregunta es realmente chunga. En mi caso, fue que en primero de carrera tuve una asignatura de web 2.0 y nos obligaron a crear un blog. ¿Que para que monté el «chiringuito»? En principio, para aprobar. Luego a medida que iba descubriendo todo lo que se escondía detrás, pues me gustó y decidí seguir por mi cuenta.

Ahora bien (y lo que voy a exponer ahora es paranoia mia, pero creo que puede venir a cuento), lo que siempre me he preguntado es qué hace a un lector que se pasa por tu blog (o el cualquiera) volver y leerlo de continuo. Claro que depende la finalidad de cada blog y cada autor, pero qué es lo que nos engancha, tu vida o tus textos. Es lo mismo, o cosas diferentes?

uno, dile a tu amiga que se busque un profesor particular de estadistica y se compre una caja de carioca de colores que es lo mas que va a hacer en los 5 años de psicología.
Dos. Si, a mi tampoco me dejarían beber en un bar de mala muerte estadunidense.
Y tres, esperamos la continuación.
He dicho.

Hola Geko. Yo hace muy poquito que he creado mi blog, solo unos días.

Yo lo cree como terapia, y al leer este apartado de tu blog, he dicho «Coño, pues parece que la gente también hace lo mismo que yo». Realmente te sientes muy agusto cuando cuentas algo al ciberespacio en el anonimato, sin que te vean la cara. Puedes contar todas las verdades de tu interior sin miedo a ser juzgado por el que tienes enfrente mirándote.

Me ha llamado la atención el párrafo en el que hablas sobre los psicólogos. Mi blog va de eso, de como una chica y un chico de la misma edad, psicologo y paciente, llegan a tal punto que no saben ya si lo que existe entre ellos es solo algo profesional o podría existir una amistad entre los dos, o incluso algo más.

Escribo de tarde en tarde, tal vez porque necesite un poquito de apoyo jajajajaja. Solo tengo 1 comentario, y realmente no se si nadie lo lee. Pero bueno, aunque nadie lo lea, yo me quedo mas agusto que un arbusto cuando le doy a publicar. Me quito un peso de encima de una historia que no se como acabará.

Si te apetece pásate y le echas un vistazo. http://divagacionesyotrashistoriasreales.blogspot.com/

Te leere a menudo, me gusta mucho tu blog, un saludo!!!

Me siento muy identificada con esta parte:

Lo cierto es que me da miedo publicar un objetivo real. Es comprensible, lo más seguro, lo más fácil sería que ni en un millón de años lo vea cumplido. Y a sabiendas de que ése algo fuese conocido por todos, que no se cumpliera sería una entrada más en mi lista de fracasos públicos y este alma ya ha perdido demasiadas guerras. Es decir, no hay una finalidad que se deba conocer.

Me pasa exactamente lo mismo, cada vez que menciono el tema del blog (y cada vez evito más mencionarlo) noto que tengo que hacer grandes esfuerzos por no decir lo mismo. Y pensé que quedaría muy triste decirlo pero a ti no te ha quedado mal.

Al final el blog propio, eso que ha sido creado por ti y para ti, termina siendo objeto de un cariño tal que no imaginas que vayas a borrarlo nunca…

¡Saludos! (creo que vas a ir a los feeds)

Yo llevo en los blogs mucho tiempo, metamorfoseando en diversas identidades, así que puedo decir que la meta nunca acaba siendo terapéutica precisamente xD. ¿Qué es lo bueno que has sacado de esto, aparte de desahogo y amistades?

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