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Música Pensando en alto

Publicidad de Amazon y su enfoque germano musical

A todos nos gusta recibir un mensaje, es una señal inequívoca de que alguien, desde un punto concreto del globo, lejos o cerca, se ha acordado de nosotros. Nos da igual si es un SMS, un correo electrónico, algo tan impersonal como la publicidad, lo que sea, nos hace cierta ilusión, salvo facturas (que sí tengo), multas (sigo limpio y me enorgullece), órdenes de alejamiento o papeleos del juicio al respecto.

Dentro del apartado de la publicidad y el SPAM permitido quiero identificar dos corrientes, la publicidad electrónica de Amazon: anuncios frecuentes y personificados con los resultados de búsqueda y las últimas compras y, en la esquina contraria con calzón rojo y botas blancas, Thomann. ¿Que qué es Thomann? Ay, dulce infante mental que lleva camino de protagonizar un especial de retrasados en Jersey Shore, Musikhaus Thomann es una tienda alemana (de Alemania, que está en Europa) especializada en productos, servicios, soluciones y parafernalia musical. Como un Leroy Merlin pero con cuerdas, micrófonos, pianos de cola y sintetizadores en lugar de tuercas, listones, cola de carpintero y retretes. Ah, y sin fantasías sexuales en la sección de jacuzzis, joder, ¿quién no se ha imaginado en uno de esos en su casa? Das tres pasos al rededor de uno y te convences de que «Si muevo ese armario creo que cabe».

Para que os hagáis una idea, una persona mira precios en Thomann, revisa los análisis y reviews en Amazon, compara y compra donde le parece mejor en base a las condiciones. Cierto que Amazon nació como una librería, pero si venden guitarras, pues se compran ahí (como fue mi caso) aunque el resto de instrumentos (cables, amplificador, funda y hasta púa) las pidiera a Thomann, hecho que originó una graciosa situación en la que me encontré antes con ampli que con instrumento. En fin. A lo que vamos. Publicidad.

Como decía, a todos nos ilusiona recibir una carta, sobretodo si es de alguien que no esperas porque viene de muy lejos (a no ser que vivas en Baviera). Thomann, una empresa cuya buena parte de sus ingresos se generan a través de su web, envía cartas. Sï, sí, cartas. Un trocito (grande) de papel con fotos, colores, precios, letras, todo. Un anuncio enterito, desde Alemania y en castellano. Chúpate esa, coyote espacial. ¿Qué indica esto? Atención. Quiero decir, el trabajo que leva por debajo Amazon para automatizar todos sus correos es asombroso, un día te aburres mirando bombillas y la mañana siguiente tienes una relación de modelos y libras ordenados por los más vendidos en tu bandeja de entrada. Hay muchísimo curro ahí. ¿Problema? Que realmente ni te interesaba lo que estabas buscando y sabes que lo vas a borrar nada más abrirlo, que joder, lo abres por compromiso. En cambio, una vez cada dos o tres meses abres el buzón (el de verdad) y ves ese sobre gordote, no vas a comprar una Gibson SG ni un teclado KORG preprogramado, ni siquiera piensas realmente en hacerte con un Hammond aunque babees cada vez que ves una réplica, pero sonríes. Y lo más importante, realmente lo miras, ¿por qué? Porque lo tienes ahí de verdad, no en una pantalla, sino en la mano, mientras subes unos escalones, mientras coges agua en la cocina, te tumbas en el sofá o vas a tu cuarto a dejarlo en una mesa hasta que lo tires a la basura dos días después.

Seamos francos, hay más probabilidades de comprar bombillas a una tienda británica mediante Amazon (que puedes encontrar en la tienda de electricidad de ahí al lado) que pedir a Alemania un cable de medio metro que sea macho-macho 3.5mm (que puedes encontrar en Media Markt). ¿Es esa la función de la publicidad? En parte, pero no la principal, lo que importa es que si un amigo te viene preguntando por tu guitarra o por el amplificador digas «La Les Paul la compré en Amazon porque en Thomann no tenían este modelo [¡es una edición limitada!], pero si has dicho que quieres una Stratocaster normalita no tendrás problema». Ahí está la preferencia. Y ahí está su labor. Probablemente ni me acordase de dónde había comprado cada cosa, el mundo de los instrumentos musicales es muy limitado en comparación con… todo, que es lo que ofrece Amazon, en cambio una carta con los precios actualizados de lo más vendido consigue mantener en la brecha su magníficamente pensado modelo de distribución y publicidad (y que en un caso muy gafe cambiarán en breve para ridiculizarme). Yo les aplaudo.

No sé si a vosotros también, pero tanto hablar de tiendas y productos me ha recordado una cosa. Veréis, como viene siendo habitual desde hace casi 23 años, el 30 de septiembre, oh, casualidades de la vida, también celebro mi cumpleaños. Sí, gracias a todos, sois unos cielos. Y bueno, qué os voy a contar, soy un puto caprichitos y en esta ocasión, alcanzando el número de Jordan, no iba a ser menos. Sé que os alegráis de que cumpla esa edad, no todos llegan, preguntad en Somalia (¡Alerta! ¡Buenrollista por estribor!). Así pues, ahm, sin querer influir sobre nadie por si ya había pensado algo, sé que me gustaría esta camiseta, sacada de esta enorme lista que os enlazo por si queréis miraros alguna y con la que celebraría mi reciente adscripción al mundo del Dr. Who (he empezado a ver la serie original de 1963, eso sí deberíais premiarlo y no decir alegremente que Perdidos es la mejor serie de la historia cuando descaradamente no lo es). Por dios, dejad de tirarme cuchillos. Y eso sin olvidar la lista de Amazon que queda permanentemente expuesta abajo en la que se aloja ropa, juguetes y otros artefactos que, si bien no me harán mucho más feliz (porque llevo una temporada en la que la apatía se ha apoderado de mi ser y mis ahorros) sí que me alegraría momentáneamente, ¿y acaso eso no es suficiente? Para que veáis lo exquisito que soy, buenhacedor y maravillosos compañero os regalo, yo a vosotros, la idea de crear una hoja de cálculo en Google Docs compartida entre vosotros de manera que podáis repartir entre todos sin problemas quién me compra qué sin pisaros los unos a los otros (que para eso se creó el servicio de ofimática en línea). ¿Cómo? ¿Que cuánta caradura? Pues sí, nos ha jodido mayo con las flores y agosto con el calor. Buenas tardes y recordad lo de Thomann.

VIsto en: Te queremos, Paypal.

4 respuestas a «Publicidad de Amazon y su enfoque germano musical»

Ah, ya veo porqué tenías tantas ganas de que leyera esta entrada. Pensaba regalarte un bonito mail, que sé que estas cosas te hacen ilusión. Si prefieres te lo envío por carta, con la pluma como la de DealExtreme que yo si tengo pero tu no, que es aún más ilusionante, pero eso ya me parece abusar =P

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