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Buhardilla Lagarto

Yo escribiré cuando tú bailes

El pasado jueves resbalé con la moto, una Vespa PX 200 del ’99 bautizada como The Townshend, en la glorieta de Rubén Darío, que es una rotonda de una de las zonas guays de Madrid. Terminé en el hospital con una fisura en el pie, muchos moratones, abrasiones, heridas abiertas y una clavícula rota. Poco, muy poco, me ha durado el capricho. Pero el del taller se va a alegrar. Esta anécdota, la del piñazo, a priori irrelevante, sirve como entradilla para que entendáis porqué, debido a la baja, ha aparecido un numeroso grupo de personas (no) pidiendo que escriba, que ahora iba a tener tiempo y ninguna excusa. Y es verdad.

Me aproximo a esto con cariño y lejanía, como si fuese un bar cercano que siempre ha estado ahí, donde el camarero te conoce perfectamente y donde has echado muchas horas, muchas risas y muchos llantos, pero que sabes que no puede ofrecerte más cosas. Con nostalgia. Y, ojo, eso está bien. No quieres que cierre ese bar, por la pena, porque es tuyo, porque has invertido mucho tiempo y esfuerzo en él.

Recuerdo, de crío, en no sé qué curso del colegio, una frase que decía que, en España, no se escriben libros porque no se leen y, a la vez, no se leen porque no se es escriben. Es la típica chorrada de Lengua y Literatura que juega a meterte el miedo en el cuerpo y a hacerte creer que si lees más eres más listo, como una ecuación matemática. Cuando nos da por pensar ya vemos que no hay ninguna relación directa entre cantidad de lectura e inteligencia. Peligrosamente también implica que si escribes mucho eres mejor que el resto. Pero que Anastasia siga follando con Christian. Y ya está.

No es por falta de temas, porque, mismamente, podría ponerme aquí a desarrollar un ensayo sobre algo tan aparentemente trivial y tonto como enrollar manualmente el papel higiénico. Eh, todos lo hemos hecho. Y es una chapuza. Y te preguntas cómo será la máquina que se encarga de ello, si hace girar el canuto de papel o éste permanece inmóvil mientras un brazo giratorio se desplaza a su alrededor, abrazándolo con el papel, primero una capa, luego otra, tal vez ambas a la vez. Quién sabe, tal vez ese mismo brazo va corrigiendo su posición cada décima de segundo. Hay que aclarar esto. Están pasando cosas chungas con esto. Igual hay gente que está muriendo con esto. No. No es por temas. Es por nostalgia.

Me da mucha rabia la gente de unos treinta años, bienio más bienio menos, que habla maravillas de los putos ochenta, los 80. Aquella década de heroína y música pésimamente producida que comenzó con el fallecimiento de Bonzo sólo dos años después del de Moon. No podía salir nada bueno de ahí. Y no quiero decir que todo tiempo pasado fuera mejor, sino que, por una vez, quiero decir lo contrario.

Cuando esta gente habla de esa década, de esos peinados y esas fotos vistiendo un chandal verde con reflectantes amarillos (ropa de yonki, que diríamos ahora), y dice que ojalá pudieran volver allí lo dicen con nostalgia, con mucha nostalgia, pero sabiendo que en el fondo no desean revivirlo ni siquiera superficialmente. Ni por los muertos por el SIDA ni, sobretodo, por las comodidades a las que ahora sí están acostumbrados: ya sea todo el conocimiento del mundo en segundos en la palma de la mano, poder escoger millones de opciones de ocio incluyendo las de cualquier país globalizado, los coches cómodos y seguros que apenas sufren problemas mecánicos, la democratización de la fotografía, ver que el 12-1 a Malta no queda en nada si miramos a Casillas y a Iniesta o, incluso, la carne de Kobe. Los videojuegos eran más difíciles, sí, pero ahora puedes jugar contra tu hermano que está viviendo en Edimburgo y os visita con cierta frecuencia gracias a las aerolíneas low-cost porque ahora volar en avión ya no es un acontecimiento especial.

La nostalgia nos engaña. La nostalgia nos hace venir a este bar. A este recuerdo de hace unos años donde no escribía dos post seguidos sin meter un ergo. Ni los 80 ni la Buhardilla tienen culpa de nada, en realidad. La comunicación ha cambiado y, aunque estoy disfrutando mucho escribiendo esto y recordando el bullicio que se generaba en mi alcantarilla underground, no sé si dejé de escribir porque no se leía o si se dejó de leer porque no se escribía. Pero he escrito sabiendo que se leerá. Cada tap del teclado. Sigue siendo una sensación maravillosa lo de escribir porque haya gente que quiera leerte y no lo de escribir porque yo lo necesite.

No sé cuánto pasará hasta el siguiente click en el botón azul de publicar, pero tal vez haya concluido mi reposo y mi rehabilitación. Tal vez se haya pasado de moda el buey Kobe y las bicis sin frenos ni cambios. Tal vez una factura desproporcionada del taller. Tal vez haya aprendido a colocar bien los hombros, recta la espalda, como en un vals vienés. Ese compás 3/4 tan marcado.

Visto en: 50 Shades of Geko.

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Blogs Buhardilla Lagarto Pensando en alto

Me he leído el blog

Niños, el verano de 2012 fue un verano algo raro para vuestro padre. No llevaba mucho tiempo en Madrid y su cabeza seguía inquieta, intentando ubicarse, preguntándose qué es lo que realmente quería. Y a lo largo de ese caluroso agosto tuvo la idea de releer todo el material que ya había publicado. Tal cual. Yo, que nunca he sido un tío de crear ni mantener borradores, me encontré hace mes y algo con media docena de títulos de post con su correspondiente parrafito introductorio. Sin nada más. Y me pregunté qué me pasaba y qué me había hecho desplazarme a otros métodos de comunicación más directa, rápida (inmediata, de hecho) y tan estéticamente pobre como puede ser Facebook, Instagram o Twitter. Ha sido fácil de calcular, todo esto viene desde el momento en que empecé a utilizar un teléfono con tarifa de datos que me permite desarrollar ciertos temas on the fly sin la aparente pesadez de sentarte a pensar qué quieres escribir. En resumen, todo apuntaba a que no escribía nada decente desde agosto de 2010 (dos años, hijos).

Es cierto que ha habido un movimiento similar al que he llevado yo acabo por parte de todas las personas que me animaban a seguir escribiendo al menos tres veces por semana (algo que ahora me parece inalcanzable). También las empresas, pues desde que Google se fulminó su servicio de Reader (que permanece catatónicamente encamado hasta que el matarife degolle su cuello cual cochino en San Martín) me despegué de otros blogs que solía leer hasta el extremo de entrar en únicamente dos sitios cada dos o tres días introduciendo los primeros caracteres de la URL en la barra de navegación de Chrome. Y esto hace tiempo que dejó de ser frío para parecerme helador.

Ha habido motivos personales, los reconozco, que me han llevado a separarme voluntariamente tanto del blog como de ciertas personas que conocí a través de él. A diferencia de un curso del colegio o incluso de la facultad, aquí no pasan nueve meses y con la llegada del verano no los vuelves a ver, sino que siempre vas teniendo referencias y por pura comodidad he evitado bastantes… situaciones que podrían haberme molestado. Han sido unos meses jodidos. Varios meses. Y ni siquiera sé por qué hablo en pasado, la verdad, me estoy creyendo mejor de lo que soy en este aspecto, pero hostia, alguien se lo tiene que creer, ¿no?

Retomemos. Agosto del 2010. Un Lagarto Abuhardillado ya contaba con unos lustrosos cuatro años a sus espaldas y un tráfico que, si bien nunca ha despuntado (y me considero afortunado por ello, cada vez más), resultaba interesante. Aquí comenzó todo eso de quedar con amigos y que cada uno, en cada uno de los cuatro lados de la mesa, nos encontrásemos mirando nuestros teléfonos mientras las cañas y el servilletero se preguntasen qué habíamos ido a hacer. Todo este problema de la sobreinformación, de que podemos enterarnos en segundos de cualquier cosa que suceda en Sumatra o en La Rioja, con imágenes y vídeos en alta definición, pero una información pésima, volátil, extremadamente caduca y meritoriamente olvidable. Consuelo de tontos, pero no soy el único en esta situación. Me tuve que encontrar para saber cómo era yo antes de aquello. Y empecé por el principio. Mes a mes, post a post. Naturalmente muchos me los he saltado del tirón. La mayoría de las entradas del comienzo me han sacado más de una sonrisa, «Tío, hay que ver lo equivocado que estabas» o, al contrario, «Tío, ojalá hubiese leído esto antes». Ha habido momentos complicados, posts densos que ni siquiera recordaba haber escrito y que me han sorprendido muy gratamente. Ni siquiera sé cómo diantres fui capaz de escribir alguna de esas cosas, no por falta de valentía, sino por puro valor literario. Quiero decir, me ha tocado estudiar poemas peores. Poemas de artistas que, supongo, en algún momento serían la hostia, pero poemas de mierda al fin y al cabo.

Content is king

El contenido es el rey. El rey. Y, en la mayoría de casos (exceptuando citas, vídeos u otras cosas y chorradas) el contenido lo generaba yo. Pero de nada sirve esforzarte en crear el mejor periódico del mundo, con la tipografía más legible que puedas imprimir en ese papel que tiene el grosor perfecto para ser manejable pero no romperse ni plegarse como los demás, con unas fotografías que ilustran las noticias realmente impactantes sin llegar al morbo y unos cuerpos de texto tan mágicamente maquetados que en ningún momento te perderás al cambiar de una columna a la siguiente, unos artículos de opinión que despiertan curiosidad e interés en cualquiera que ojee sus páginas y unas noticias contrastadas y veraces expresadas en un lenguaje comprensible a la par que preciosista y directo cuando ha de serlo (pero ante todo respetuoso) con una selección de publicidad exquisita donde no encontrarás ni ofertas de cruceros ni sórdidos bailarines… si nadie lee periódicos ya. Si nadie va más allá del titular y, en su versión web, los comentarios generados que sirven como resumen irónico y lacónico de lo que el articulista quería expresar.

Y aquí entramos en el debate centenario de que no se lee porque no se escribe o no se escribe porque no se lee. Creo que, en mi caso, se juntaron ambas. Naturalmente si yo no escribo nadie lee, por descontado, pero ese salto hacia otras plataformas hizo que todos dejásemos bastante de lado esto (me incluyo, de nuevo) por tanto el retomarlo siempre producía pereza, y aunque se escribiese (menos y alarmantemente peor, ahora ya comprobado) la gente ya se encontraba distraída con otras cosas, y por tanto, no se leía, no se comentaba, y yo no escribía. Nada reprochable y todo completamente lógico pues, al final de cuentas, que esto es lo que cuenta, no éramos más que los mismos tíos hablando entre nosotros sobre las mismas cosas, pero en otros medios. En otros soportes. Del telégrafo al teléfono y de ahí a Skype, si queréis. Curiosamente, cuanto menos he escrito ha sido cuanto más contacto real he tenido con vosotros. Se ha producido un acercamiento que, antes, hubiera sido impensable o, al menos, altamente dudoso (por mi propia mentalidad). Con algunos he cenado, con algunos he comido, con otros me he ido de cañas. Con otros… Ahora no importa, mientras sea feliz. No es que la culpa sea de Whats’App, pero casi, si hace un tiempo éste blog era prácticamente el único nexo entre varias personas y el tipo que escribe, poco a poco esa distancia virtual terminó en apretones de manos y hasta en esperas en aeropuertos. Todo aquello que necesitaba escribir lo contaba a las personas que sabía que iban a darme una solución al problema o simplemente a quienes pudiera interesarles. Rapidez.

Después de leer las mil quinientas entradas (1501, con esta), se me hace reconfortante ver que, aunque escriba peor, aunque eche de menos a muchas personas (no simples comentaristas) que solían leerme, reírse, criticarme, cuestionarme o hasta emocionarse con mis textos: la auténtica recompensa de un blog que en su momento no supe apreciarlo pues siempre parecía que estaría ahí, después de todo, lo que más añoro es escribir relatitos. Cuentos de algunas hojas. Más que eso, la capacidad para hacerlo. Recuerdo que varios de ellos, la mayoría, los escribía del tirón. Algo que me asombra. No me veo, ni me reconozco, capaz de hacer algo así ahora. Un cuento como el de San Valentín, que en aquél momento parecía una buena idea, lo escribí en cosa de dos o tres horas entre las doce de la madrugada y las cuatro. Recuerdo esa noche con cierta claridad.

Nunca antes había tenido tanta razón aquello de «Tú antes molabas». Pero, como en una serie de televisión, la primera temporada resultó llamativa pero tampoco extraordinaria, las dos o tres siguientes mantuvieron un interés notable alcanzando el sobresaliente en episodios (posts) concretos y todo lo que vino después lo ves (lees) por inercia y rutina, sin ningún interés real, mirando el reloj cada poco tiempo, sin saber cuándo dejarás de seguir el hilo de la trama, si ya sabéis que vuestra madre es la hermana del tío Barney.

Visto en: Un Lagarto Abuhardillado (by CBS).

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Buhardilla

Seis años (y algunos días) abuhardillado

El pasado día 28 Un lagarto abuhardillado cumplió seis años, una buena cifra, sin duda reseñable. Y no es que se me pasara. Peor: no tuve ninguna intención de escribir. Y no la he tenido hasta hace un rato. El mero hecho de comenzar a teclear la URL ya me crea nostalgia, temo el día en que empiece a escribir y vea que no se autocompleta por toda la cantidad de direcciones que hay encima. Ha sido una evolución triste. Como cuando anuncian Marry Poppins en la tele, al principio te ilusionas porque es una de tus películas favoritas y marcas en un calendario ese día como si fuese un grandísimo evento de tu vida, «¡Qué bien!, la calle del Cerezo y un señor con una pata de palo que se llama Smith», gritas por casa esperando que algún familiar finalice el chiste. Te emocionas. Pero con el paso del tiempo sólo esperas que esa fecha no se te pase por seguir haciendo feliz al crío que tanto disfrutaba con ello, se lo debes de algún modo, ¿no? Aquél que entraba aquí con ganas de contar su vida al mundo y escribir un poquito mejor cada noche. Cuatro afeitados después y parece que todo aquello se ha esfumado. No de repente, yo llevo bastante tiempo intentando escurrir el bulto y dejándole deberes al pobre ElGekoNegro del futuro y lo único que le consuela es que parece claro que en este mar ya sólo sobreviven con fuerza los blogs específicos sobre economía (y es un tema en el que no me voy a meter porque no procede pero que no me cabe duda, ElGekoNegro del pasado hubiese saltado la barrera y se hubiese colocado en la mitad de la plaza a pecho descubierto por el simple placer de encontrar bronca y generar algo de ruido).

Supongo que el hecho de no tener precisamente hoy un buen día es lo que ha terminado de envalentonarme para escribir esta felicitación, más o menos alegre por este año, precisamente el año en el que he conocido a más personas de las que os sentáis de ese lado del lector RSS o que entran para ver qué he publicado. En algunos casos ha sido un placer. Gracias de corazón, o lo que tenga dentro que me conmueva un pelín, por todas las cosas que ya sabéis.

Ya por costumbre y por amistad y simpatía, lo de cada año, que el blog de mi casi desaparecido tocayo gallego también celebró el día 28 su aniversario. Felicidades, zetxek, y suerte en tus proyectos (y ponte casco).

Visto en: Un lagarto abuhardillado.

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Buhardilla Pensando en alto

El día que me expulsaron de internet por error, dicen

Como personas de bien que sois, seguramente os hayáis pasado hoy por aquí, sólo por pasarse, a ver qué tal estaba esto. En ese caso, como de hecho me consta que ha habido personas (que así me lo han hecho saber) os habréis encontrado con un mensaje que decía que te vuelvas a casa, a hacer tu vida, que aquí no hay nada que ver, concretamente el que muestro en la imagen.

Mensaje anunciando la desactivación de la web

También, como las personas que lo han visto y me han avisado, pensaréis que no pago el hosting y entonces, claro, adiós al servidor. Pero no, ha sido un problema grave, muy grave y absurdo, de propiedad intelectual. Sí, Copyright, la cresta de la ola. Afortunadamente no ha sido necesario que ninguno de vosotros me comentase nada porque nada más levantarme esta mañana he leído la notificación por correo electrónico, decía, textualmente:

Dear adrian:

Your web hosting account for elgekonegro.com has been deactivated, as of 06/28/2011. (reason: terms of service violation – copyright violation)

This deactivation was due to a Terms of Service violation associated with your account. At sign-up, all users state that they have read through, understand, and agree to our terms. These terms are legal and binding.

Although your web site has been suspended, your data may still be available for up to 10 days from the date of deactivation; if you do not contact us during that 10 day period, your account and all of its files, databases, and emails may be deleted.

If you feel this deactivation was made in error, or in order to gain access to your account, please call our customer service line as soon as possible at (888) 401-4678 and press 5 to speak with a member of our Terms of Service Compliance department.
Please read the following, derived from our Terms of Service agreement, for additional information regarding the matter.

No subscriber may utilize the services to provide, sell, or offer to sell the following: information used to violate copyright(s), violate trademark(s), or to destroy others’ intellectual property or information.

Please review the current copy of our Terms of Service here:
http://www.bluehost.com/cgi/terms

Thank you,
BlueHost.com Terms of Service Compliance

Les ha faltado el buenos días, pero se lo perdonamos. La negrita del antepenúltimo párrafo es mía, por cierto. Inmediatamente me puse en contacto con ellos pidiendo explicaciones porque, de la noche a la mañana (y sin escribir nada aquí) algo había incumplido una normativa de derechos de autor. Así que empezó un serie de cruces de correo que duró hasta hoy a las siete menos algo de la tarde en el que se aclaró todo el asunto.

SPAM!, una referencia más a los Python

Tras hablar con el servicio de asistencia de Bluehost (empresa con quien tengo contratado el hosting donde se aloja elgekonegro.com y otras pocas páginas que poco o nada tienen que ver, como Nada Nuevo, en una de ellas trabajo día sí día también y algunas contienen prácticas de clase) me explicaron que en base a la ley vigente estadounidense para el cumplimiento del Copyright, llamada DMCA, se debía desactivar todo el servidor asociado a ese dominio del que se descuelgan todas las demás páginas. DMCA, Digital Millennium Copyright Act, ahí enlazada en la Biblioteca del Congreso, es una ley tan documentada como criticada y hasta Google, en castellano, se cubre las espaldas descaradamente por miedo a meterse en líos.

El hosting lo contraté con una empresa estadounidense precisamente por estas cosas, así, si quería decir SGAE LADRONES, no me podrían tocar porque tanto el dominio como el servidor (la máquina física, con sus cables y sus lucecitas) se encuentran en EEUU. Ahora bien, nunca pensé que llegaría a tener problemas con las normativas locales, y joder, estos no avisan. Disparan y no se molestan en preguntar después porque ya te encargarás de responder igualmente. En mi caso, tras explicarme los «cargos» me aclararon que el problema se encontraba en una entrada que yo recordaba como lo que era, corta y tonta, pero no podía verlo al no tener acceso, tras explicar que estaba seguro, ejem, de que el contenido de ese texto no podía albergar material registrado me revisaron el todo de nuevo y vieron que unos comentarios de SPAM que Akismet (el plugin de WordPress encargado de impedir que entre mierda) se había comido contenían nombres de medicamentos y otros productos milagros registrados a nombre de una empresa, yo no tenía permiso por parte de esa farmaceútica a utilizar esos nombres por lo que no debían aparecer en ninguna página mía, y esta ley permite echar abajo toda la infraestructura por dos palabras. Así, exfóliate los cojones.

Unos cuantos correos después consigo convencer a uno de los del servicio de atención al cliente que me dejara entrar en la web (que la habilitase de nuevo, al menos para mí) y pudiese borrar esos comentarios o, al menos, poder entrar a su panel de control, buscarlos en la base de datos y cepillármelos a manos. Accedieron a lo primero, los borré y la DMCA, que envía unos correos muy feos, me dijo que gracias por colaborar y que tenga un great day.

Me parece flipante. Está bien, es la ley, yo he elegido atenerme a ella (sin conocerla, cosa que, como sabemos, no me exime de cumplirla) pero cuyo cumplimiento se lleva a cabo de una manera tan radical que, envuelto en toda la absurdez del asunto, asusta. Me explico en pocas frases.

  1. Un robot consigue introducir basura en la caja de comentarios de tu blog y esta mierda se almacena sin que seas consciente.
  2. Otro segundo robot que rastrea internet compara continuamente resultados de búsqueda con una lista de términos almacenada y encuentra una o varias coincidencias en la basura anterior, en tu sitio.
  3. El servicio automatizado (hasta cierto punto) entiende que si está en tu página, tú eres responsable de ese contenido, independientemente de quién lo haya escrito ya que se ofrece una herramienta para hacerlo. Vamos, que se os ocurre decir que queréis matar a Obama y no pasaría nada, pero si se os ocurre copiar y pegar una porción de texto de Stephen King, por ejemplo, me cortan la cabeza.
  4. Ese segundo robot encargado de llevar a cabo el cumplimiento de la ley DMCA localiza la empresa donde se aloja tu web y envía la orden de cerrar los sitios asociados al dominio principal donde aparecen esas coincidencias registradas, no las páginas únicas y localizadas donde se han encontrado sino todo el servidor. Cosa que me ha mosqueado mucho ya que si nos ponemos en la piel de la gente que vive de su página web y ésta se encuentra en un servidor con su colega, pongamos, pierde los ingresos de unos días, y puede ser crítico, como un ataque DDoS pero con glamour y sin venganzas de palo.
  5. La empresa del alojamiento, tras ejecutar la orden de la ley, te avisa de que se ha tirado todo abajo por una infracción de términos de uso al ofrecer contenido protegido, sin especificar dónde ni desde cuándo, ni mencionar tampoco la famosa ley.
  6. Tras unos pocos tiras y aflojas consigues que te expliquen realmente lo sucedido y pides saber qué puedes hacer para solucionarlo, todo, mientras todas las páginas están deshabilitadas y la cuenta desactivada de forma temporal.
  7. Una vez que lo solucionas ellos lo verifican y, efectivamente, todo es correcto, te activan de nuevo los servicios. Unos saludos y aquí no ha pasado nada.

Increíble, sobretodo porque tuve que bajarme los pantalones y explicar que no había manera humana de que me estuviera haciendo rico con esta página (ni con ninguna otra) porque Google AdSense me canceló el servicio, de modo que aunque estuviese mostrando información registrada por quien fuese, no había beneficio económico ninguno. De nada sirvió. Ni eso ni insistir en que, por favor, habilitasen el resto de páginas que no eran Un Lagarto Abuhardillado. La dichosa ley lo dice así.

Probablemente me llaméis demagogo, y puede que peque de ello, pero me tiro a la piscina, desde el momento en que ARPANET se volvió una herramienta civil y las diferentes universidades comenzaron a delegar el desarrollo de internet a personal ajeno a la educación esto se volvió un negocio, con sus cosas buenas y malas. ¿Es necesario poner tanto empeño y esfuerzo por una tontería como unos comentarios de SPAM sobre pastillas mágicas que cualquier persona con dos dedos de frente ignoraría? Hay problemas mucho más gordos en internet y la gente destinada a solucionarlos carece de los recursos suficientes, la venta de esas sustancias, por ejemplo, contratos falsos, la pesada y turbia lacra de la pornografía infantil. Que joder, si te sabes mover por los tugurios más obscenos y tu estómago te lo permite puedes comprar armas y vídeos salvajes con menores explotados y todo con una relativa facilidad y anonimato. Bochornoso. Pues sigue exfoliándote porque para echar abajo ese servidor es necesaria una orden que no sé cuánto se tarda en extender pero supongo que más de lo que puede llevar a alguien eliminar datos de manera relativamente fiable, el cacheo que se haya generado y quemar un PC si hace falta. Vergüenza.

Visto en: USA.

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Buhardilla

TH#b.0.9 Swallow

Segundos fuera, empieza el espectáculo de esta velada. Aviso a los navegantes que lo sigan desde el canal RSS que, como adelanté, he realizado un lavado de cara al blog con un diseño nuevo que, si bien es una mutación del anterior sólo que bastante radicalizada y con una clara inspiración comiquera ya que tanto el contenido como los comentarios se muestran ahora como bocadillos o burbujas de un cómic.

Aún tiene asperezas por pulir de forma que no está disponible para su descarga, avisaré cuando lo esté subiéndolo a algún repositorio en voga como Github o Pornotube de manera que todos vosotros podáis jugar a buscar los fallos de mi código, para hacerlo más seguro o para humillarme, lo que sea. Empecemos a destripar sus entrañas, que hay bastantes cambios.

It’s a simple matter of weight ratios!

Previendo todo tipo de coñas y bromas que os haré tragar sobre el nombre, me adelanto a explicar la nomenclatura del tema. Como en la ocasión anterior, el título le viene de una escena de mi película favorita de mis cómicos favoritos y como a estas alturas del cuento no croe que sea necesario repetir de qué estamos hablando, lo enlazo, golondrinas. ¿Por qué? Porque me parece ligero y rápido cual Hirundo rustica.

Nuevas funcionalidades

Lamento que vaya a mezclar palabrería insípida vendida al peso con tecnicismos que a la mayoría ni os van ni os vienen, pero es lo que toca y tocará a lo largo de todo el post. Creo que era obligatorio ofrecer más que un cambio visual (después de más de dos años con el tema anterior) y aunque hay pasos que han venido marcados por cómo WordPress y otra gente ha ido abriéndose camino, hay otros puntos en los que no nos tenemos que ceñir a un triste sota, caballo y rey. A ver qué sale de la coctelera.

Navegación J-K

Esto es importante, una chorrada, pero importante. La primera vez que lo vi creo que fue en un tema de un Tumblr normal y corriente y me pareció algo básico pero tan atractivo y funcional que me parece que Matt Mullenweg debería incluirlo forzosamente en WordPress a nivel de core y así se o he hecho saber (y ni un triste «Gracias, pero no» he tenido como respuesta de momento). Posteriormente ha ido apareciendo en multitud de servicios y portales más siendo los más conocidos Gmail y Google Reader.

La navegación J-K no consiste en otra cosa que en poderte desplazar de un elemento a otro de un listado a golpe de teclado, J para el siguiente, K para el posterior. En el blog esta funcionalidad aparece en aquellas páginas donde se recurre al famoso loop: índice o archivos, y en los comentarios de cada una de las entradas. Tardas poco en acostumbrarte y también tardas poco en echarlo de menos.

Forzado de imágenes a blanco y negro

Imagino que ya os habréis dado cuenta de que toda la página (al menos la portada) se encuentra en escala de grises, se tratará un poco más abajo en profundidad. Una de las cosas que quería era que las imágenes del blog se mostraran, en principio, desaturadas.

Con jQuery encontré el modo de hacerlo (y lo copié), encontrándome con la barrera de la seguridad a nivel de navegador que impide modificar una imagen si ésta no se encuentra en el mismo servidor que donde se realizará y se mostrará esa manipulación. En la mayoría de los casos esto sería así: fotografía de Flickr, enlace a esa fuente y listo. Esta restricción me lo impedía, de manera que intenté dar un rodeo con un proxy chustillo montado en PHP con alarmantes y pobres resultados (agradezco consejos si alguien se ha visto en una situación similar) lo que me obligó a trabajar con un segundo entorno de pruebas aparte del servidor en local, ese servidor lo alojé directamente en el blog y sigue visible, Beta.

El efecto, como se observa, consiste en mostrar la imagen en blanco y negro y colorearla (realmente, mostrar la original) cuando colocamos encima el cursor del ratón a la vez que la enderezamos, al desplazar el cursor fuera del área que activa el evento la imagen vuelve a quedar levemente torcida y, de nuevo, sin colores.

La pataleta la tengo porque la pifia comentado sobre la seguridad y el acceso con getImageData del lienzo creado me obliga a duplicar el trabajo, subir la imagen a Flickr (por tener) y al servidor propio (para que no haya un cruce de nombres de dominios que eche por tierra la función del blanco y negro). No recordaba lo pésimo que es el gestor de documentos de WordPress, por cierto.

Formularios HTML5

Tirándome a la piscina he cambiado el DOCTYPE al futuro estándar HTML5 con lo que ello conlleva. De momento valida a ojos de la W3C, al menos la versión del entorno de pruebas. El motivo del cambio se debe a que, sí es cierto que el tema en cuestión no es enteramente HTML5, sí he recurrido a diversas de sus novedades (como el atributo placeholder de las cajas de texto). Las bondades de HTML5 en los formularios ahorran mucho trabajo y recursos si el navegador acompaña.

Por ejemplo, con una instalación limpia de WordPress, cuando realizamos un comentario sin especificar un nombre de usuario o un email válido, WordPress realizará la captura del contenido del formulario, enviará esa información con intención de registrarla en la base de datos, se realizará una validación, la validación será negativa ya que hay campos rellenados incorrectamente y WordPress redirigirá a una página fea a más no poder donde avisará del error, el usuario (ajeno al fallo, suponemos), pensará que la página está caída porque ni va a molestarse en leerlo o, si lo hace, se verá obligado a volver al formulario, buscar, encontrar y entender su error, solucionarlo y reintentar. Esto supone un consumo de tiempo y de máquina que nos ventilamos cuando dejamos en manos de los distintos navegadores (cliente, ya dejamos de lado las llamadas al servidor si el formulario no está correctamente cumplimentado) con sus mensajes de error tipo. Algo que ya se hacía añadiendo JavaScript y, oye, eso que nos ahorramos además de mostrar el mensaje en el idioma del navegador. Un ejemplo con Chrome v11 y con Firefox v4 en la imagen.

Comparación entre navegadores

Una gozada, tonta, pero una gozada.

Responder a comentarios desde la barra flotante

La que denomináis con cariño, espero, «Gekobarra» posee mayor funcionalidad. Cierto es que está desactivada porque hay unos pequeños puntos del plugin original (en japonés) que no termino de adecuar, pero lo estará en breve. La barra flotante tal vez fue el elemento más llamativo del diseño recién jubilado y desde hacía tiempo quería dotarla de un poco más de protagonismo e interacción, no un simple enlace al último comentario sino un pequeño panel donde responder de manera rápida al anterior.

Su funcionamiento basado en AJAX me ha dado algún que otro problema, tanto en local como en el entorno beta, pero parece que está todo arreglado y lo poco que queda, repito, estará terminado en muy poco tiempo. Veréis un pequeño botón activador al final del comentario que presida la barra en ese momento. Espero que os llame la atención tanto como a mí.

Estilos

Efectivamente, como he mencionado ya, no quiero colores en la portada, ¿los hay? Si todo está bien y funciona correctamente, podría haber dos, el amarillo, que es el color con el que se resaltará el contenido seleccionado (por ejemplo, cuando queremos copiar un texto) dando la sensación de ser subrayado por un rotulador mientras que se mantiene el color resaltado en los resultados de búsqueda, no os olvidéis. ¿Qué oscuro motivo se esconde detrás de tan poco popular y triste decisión? Aparte de que carece de sentido que un tío que se hace llamar ElGekoNegro se muestre en un entorno tan blanco, la limpieza y el cambio. Cosas que pasan, supongo, pero lo veo ahora y os prometo que no sé en qué narices estaba pensando cuando mezclé aquellos colores como el verde y el naranja. Quiero pensar que, simplemente, entonces me gustaron. Pero ya no más. Escala de grises, en todo.

El tema prácticamente, carece de imágenes. Así como anteriormente aparecía una acompañando los comentarios o las categorías, ahora, las dos que hay son la lupa de la caja de búsqueda y el San Pancracio de quien hablaré un poco más profundamente después. Esto agiliza la carga del tema, sobretodo en dispositivos móviles No creo que sea necesario recurrir a iconos para expresar nada en este caso, no los echo en falta.

Revisión general de estilos, listas y citas

Para empezar, la anchura de los textos es más grande. Bienvenido sea. Desaparece (de una puta vez) la barra lateral. Bienvenido sea. El cuerpo del texto y el interlineado es ligeramente superior. Los párrafos comenzarán con un indentado exceptuando el primero de cada bloque y obviando el último pues será el «Visto en:», marca de la casa. Se compensa la escasez de imágenes con contenido visual creado con símbolos impresos, como no podía ser de otro modo, sigo recurriendo a los palos de las barajas de poker.

Unos ejemplos de listas y una cita recogida de un sosísimo tweet para que os hagáis una ide del resultado, no tiene mucho, pero parece ser que los que se dedican completamente a esto deciden mostrarlo sí o sí.

  • Buscar ingredientes
  • Cocinar el plato
  • Servir
  1. Fingir que te gusta
  2. Sonreír sudando
  3. Beber

Un trío de apesadumbrados grandes felinos sacia su hambre con cereales en su correspondiente plantación.

Tipografías

En toda la página se utiliza un máximo de cuatro tipografías (digitalmente hablando deberíamos referirnos a ellas como fuentes, pero allá cada cuál con sus problemas y las explicaciones que haya de dar a su respectivo doctor en el psiquiátrico) más las propias decisiones que toma cada navegador. Hay vida más allá de Arial y Comic Sans (ampliamente utilizada en el mundo empresarial, la hostia) y no sabéis cómo se disfruta en un ordenador (o cacharro con pantalla) Apple, no es esnobismo, es que, joder, las tipografías aquí se representan con una calidad que da gusto, me malacostumbro, programo y diseño aquí en OS X, me voy a otro ordenador a mirar el resultado y todo termina en un suficiente y autocomplaciente «Meh…». No es justo.

  • StampooRegular, disponible en diversas tiendas y en discos duros de hermanas diseñadoras, es la utilizada en el encabezado del blog dando un aspecto robusto y algo vasto Un Lagarto Abuhardillado.
  • PFHandbookPro, igualmente disponible en tiendas y catálogos tipográficos familiares, es el estilo predominante en todo el diseño. Se utilizan, dependiendo el momento, diferentes sabores: PFHandbookProBold, PFHandbookProExtraThin, PFHandbookProLightItalic y PFHandbookProExtraThinItalic.
  • EuphorigenicRegular, igual que las anteriores, de pago, es la que he escogido para títulos de las entradas y la primera letra de los enlaces superiores. Me recuerda a marry Poppins y uno tuvo una infancia. Me parece muy, muy bonita.
  • HarabaraHandItalic, al contrario que el resto ésta es gratuita y su función única y exclusivamente reside en mostrar nombres, simulando firmas, y dibujar la primera letra de cada entrada.

Uso y abuso de CSS3

Como chicos listos que sois habréis adivinado que si me tiro a la piscina con HTML5, no iba a dejar al algo más extendido (pero tan poco te creas que 100% soportado) CSS3. La hoja de estilos está repleta de referencias a propiedades propias, no estándares, de motores de navegación como Webkit o Gecko (el de Firefox, nada que ver conmigo), de forma que, primero, en Internet Explorer esta página resulta una fiesta divertidísima y, segundo, no hay Dios que lo valide.

He mirado la versión de pruebas desde distintos teléfonos y en modelos bastante extendidos como el iPhone 4 (omnipresente) o el Samsung Galaxy S el resultado es más que satisfactorio, muy notable me atrevería a decir, sin embargo cuando me animé, rezando, a ver el resultado de los pequeños avances en esos bichos del demonio llamados BlackBerry, me desilusioné, no era la primera vez, ya había tenido escarceos previos con esas maquinitas endiabladas. En Internet Explorer he realizado pruebas, muy tontas y casi despreciables, en sus versiones 7 y 8, hay cosas que mejorar, pero ni idea de cómo queda en un 9, ya que lo he mirado desde Windows XP, que no olvidemos que ya tiene una década a sus espaldas.

Otros cambios

  • Scroll suave cuando queremos subir desde el borde inferior de una página cualquiera pulsando en su correspondiente botón, ↑
  • Avatares (Gravatar) más por presión social que por interés propio, pero ahí están para que os partáis la cara viéndosla
  • La dirección de correo del blog cambia a sonrie@elgekonegro.com, demasiado optimista para mí, también le saqué un sabor raro al ColaCao aquél día
  • He vuelto a colocar quicktags (botoncitos de formateado de texto) en los comentarios
  • Integración con iTunes Ping. Que noooo…

¿Qué es 俳句?, ¿y tú me lo preguntas?, Haiku eres tú

Poesía japonesa que, como casi todos, habréis oído mencionar a Lisa Simpson, ese personaje infame y deleznable. Con el tiempo creo que eliminaré su grafía kanjiloquesea, 俳句, y se mostrarán directamente los versos que vaya encontrándome y me resulten bonitos o los que vaya creando yo. En castellano todos suenan igual de mal así que parto con esa enorme ventaja, madre árbol, luna de gato.

De la publicidad a la mendicidad

Lo prometido es deuda y San Pancracio vuelve, en su propio espacio y sin molestar a absolutamente nadie. Nunca se llegó a ir pero hace un año fui expulsado del Edén que presuponemos es Google AdSense por incumplir mi parte del trato, que era quedarme quietecito, y ahora le he encomendado un nuevo trabajo que, si lo habéis visto ya, no creo que merezca explicación. Aún así, hace unas semanas, unas cuantas, un amigo que sabía que yo andaba un poco… enfurruñado con el mundo, me quiso alegrar regalándome un libro, no voy a decir quién es porque de lo contrario los otros dos habitantes de Luxemburgo se me enfadarían, y me dio la idea.

En lugar de colocar asquerosa y repelente publicidad basada en un modelo anticuado (y tal) o buscar alternativas elitistas como pudiera ser FusionAds donde entrar para participar es complicado per sé, mucho más con un blog en castellano, prefiero mostrar mi lista de deseos de Amazon UK y confiar en vuestra buena fe. Es decir, ojo, os pongo en bandeja de plata con ribetes de oro la oportunidad, casi única, de regalarme cualquier pijada de las que ahí aparecen indiferentemente de si es el aniversario del blog, un 30 de septiembre, alguno de los muchos San Adrianes del santoral etc. No la dejéis escapar.

Sé que supone un cambio ya que nunca antes habíais tenido una opción tan accesible para regalarme nada que me hiciera feliz y tenéis razón, ya era hora de que os facilitara las herramientas para congratularme como es debido, para hacerme feliz como sólo vosotros lo merecéis. De parte de San Pancracio y mías, gracias de antemano. Espero que haya elementos en la lista para todos, de lo contrario avisad y haré el esfuerzo de rellenarla tan pronto como pueda, prometido.

Terminando ya, nada más que pediros que os deis una vuelta por vuestra casa de siempre con otros muebles y esa pared recién pintada, a ver si la decoración os place.

Visto en: Un Lagarto Abuhardillado.