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310G Day 2009

Mentiría si dijese que este año voy a enlazar a personas para seguir el rollete social y todo eso. Ni siquiera voy a recomendar que sigáis los enlaces de ahí abajo; primero porque muchos ya estaréis subscritos y segundo porque al resto no os van a proporcionar gran cosa. Avisados estáis, son sólo un puñado de blogs, ninguno personal esta vez.

  • A list apart (feed), sobre diseño y desarrollo como conceptos (nada de jautús) y cómo enfocar el trabajo de todo un proyecto informático (no sólo dospuntocerismo). Artículos de esos que serían imposibles de encontrar en una universidad española, las cosas como son. Gracias, internet.
  • Coding Horror (feed), pues un viejo conocido de los picateclas. Divertido y algo polémico.
  • CSSBlog ES (feed), uno en castellano. Este sí habla sobre hojas de estilo, navegadores y tutoriales. Me fue muy útil cuando me propuse diseñar y montar el theme de blog desde cero.
  • DSLR Magazine (feed), otra página en español. Es una revista sobre fotografía y que no sólo habla de réflex digitales pese a su título. Me gusta porque no se trata del típico blog que transcribe lo que ha salido en una nota de prensa de Nikon (blogs de fotografía así hay millones), o de los que te sueltan un enlace a un fulano de youtube que ha hecho un tutorial de cómo pasar fotos a blanco y negro con Photohop. Valentín Sama realiza exámenes serios (física y ópticamente hablando) a todas las lentes y cuerpos que pasan por su mano. Afortunadamente cuando habla de rumores sobre posibles cámaras nuevas y tal lo hace desde un punto de vista más amplio e histórico, conociendo cada modelo anterior de la marca y si puede cuajar o no con lo que ya existe. Puede resultar algo espeso si no se tiene mucha idea de tecnicismos fotográficos (o no se ha cursado Física en bachillerato, o la tenemos olvidada), pero merece la pena una ojeada.
  • SmarterWare (feed), blog techie de Gina Trapani (que no salió en aquella lista porque no está buena), editora de LifeHacker y que me desde el principio, es un blog bastante joven, me pareció interesante.
  • Rolling Stone (feed), ¿conocéis la revista Rolling Stone? ¿Sabéis qué es un feed RSS? No hay mucho más que decir, salvo que su blog interno Smoking Section es el pilar principal del contenido interesante.

Y ya está, el año que viene unos pocos más. A ver si con suerte dentro de un año no han echado el candado ninguno de estos, que del anterior no quedan muchos. Debe ser que estoy maldito y a todos los que enlazo les estropeo el tenderete.

Visto en: Blog day.

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Lagarto Tecnología

Comprando en DELL, mamá, qué miedo

El miércoles pasearon por la oficina un monitor, y como andaba buscando uno, me acerqué a cotillear ausentándome de mi puesto el mayor tiempo posible (que yo no tengo veinte minutos para «echar un piti» porque no fumo, me los tengo que ir cogiendo de otras cosas, suena mal, pero si fumase y me saliese a la calle a perder esos veinte minutos no se extrañaba nadie). El monitor en cuestión es un DELL (en mayúsculas y con la vocal torcida, como LIDL) SP2309W, y sinceramente, me pareció flipante. No quiero hablar tanto de él como del proceso de compra pero diré que tiene 23 pulgadas con una resolución de pantalla de 2048 de ancho por 1152 de alto, si le preguntas a Pitágoras, una densidad de píxeles de 114, Brooklyn (13,3″, 1280 x 800) tiene 113, así que la cosa me queda bastante bien.

Logos de DELL y LIDL

DELL no vende en tiendas

En sus anuncios lo dicen casi con orgullo, pero a todas luces se ve que es que son más pobres que otros y tienen que recurrir a Carrefour para colocar algunos de sus productos. Igual que los falsos medicamentos para adelgazar o quitar granos de Laboratios ActaFarma. «De venta en Carrefour». Ya me perdieron los datos personales cuando quise comprar la consola así que no me hacía mucha gracia pedirles un monitor. Recurrí a su página web, la de DELL. Te vienen todos los datos del monitor, el precio, los descuentos, productos similares, etc. Y todo sin salir de casa, ni que dar un paseo vaya a matarte, pero bueno, para estas cosas la idea está de maravilla.

El aparato tiene un descuento del 15% hasta el día 2 de septiembre. De 279 a 237,16€. Pensaba esperar a cobrar, lo que nos plantaría casi en mediados de mes, pero como ese dinero sí me había quedado tras comprar el portátil, me lancé a la piscina.

Safari, tú no juegas

Me estoy acostumbrando al navegador Safari, va como un rayo, todavía no he encontrado la manera de reabrir una pestaña cerrada, pero bueno. En fin, que como también tiene el envío gratis y era este navegador con el que lo estaba mirando (y leyendo), no le di muchas vueltas. El pasillo de pagos es frustrante; primero, por las pocas opciones que ofrece, o tarjeta o transferencia, nada de PayPal, que se nos lía la gente. Además de que el aspecto es tosco y manejarte puede resultar incómodo, como el de Pixmania que intenta añadirte más cosas al pedido, pero no como Amazon que te recuerda, «Clientes que compraron esto también compraron…». Aquí no llega a meterlos en la cesta como en Pixmania, pero casi, casi.
Pero bueno, no me pareció tan mal. Simplemente incómodo. Habiendo comprado en varios sitios de internet me he acostumbrado a ver chapuzas en las que te rajas cuando te pide el número de tarjeta, tiendas montadas sobre un OsCommerce con plantillas más feas o más bonitas, grandes sitios donde piensan en todo y hasta webs minimalistas que se limitan a lo más mínimo según la ley. En fin, que el pasillo en cuestión daba confianza, pero podía mejorarse. Lo completé, revisé cada detalle del pedido y realicé el que se suponía que era el último clic, petó. Saltó un error de sesión. Me avisaron de que se habían guardado los datos de mi compra. Voy al oscuro y poco esclarecedor panel de usuario y no veo ni rastro del pedido. Vuelvo a pasar por el, ahora ya sí, tortuoso y lento proceso de compra y, ¡clonc! Otra vez igual, casca.

Cambio de navegador, abro Firefox. Entro en DELL (que cada vez se me parecía más a LIDL) y tampoco había rastro alguno de los pedidos anteriores. Pues nada, una vez más a cumplimentar el formulario de compra. Aquí sin problemas. Total a pagar: 237,16€. Bien. Proceder.

Recibo un mail informándome de que se había recibido la order y que la procesarían en cuando pudiesen, gracias por comprar en Dell, el número del pedido es tal.
Sigo bajando por el correo, «Información de pago», contacto, dirección, email, teléfono… Total a pagar: 237,16€. Perfecto.
Bajo un poco más. «Detalles de la orden», Producto: Monitor Dell SP2309W, Precio unitario: 204,44€, Cantidad: 2. ¿Cómo? Total con IVA: 474,30€. No, en serio, ¿cómo?

No hay vuelta atrás

Supuse que sí me había guardado uno de los pedidos realizados mediante Safari. Me cagué en sus muertos y regresé (todo mediante Firefox, no vaya a ser que destruya el universo clicando donde no debo con un navegador WebKit) y busco algo que me permita cancelar ese pedido. No veo nada. Vuelvo a buscar. No hay. Pido ayuda a los dioses. Mis plegarias no fueron escuchadas.

Imposibilitar el cancelar un pedido

No hay ningún enlace en toda la página de DELL que permita cancelar un pedido realizado. Si tienes cualquier duda te toca o bien enviar un mail o bien llamar a un delicioso 902. Me dispongo a tirar de mail. Chasco, en realidad es un formulario de contacto corriente y moliente, voy rellenando los datos, nombre, apellidos… Número de Cliente. Ni idea. Otra vez al correo (aquí ya me empecé a cabrear), busco el mensaje que acababa de recibir. No dice nada de un número de cliente. Otra vez al formulario. «Â¿Dónde encontrar su Número de cliente?», bien, a ver. Genial, se encuentra en el correo de confirmación de pago. Es decir, que primero te quitan la pasta y luego, ya si eso, te permiten cancelarlo. Pues de lujo. Por la hora ni me planteé llamar.

Eso de atención al cliente, y tal

La mañana del viernes recibo un correo suyo (de esos de «no respondas porque no te haremos caso y si lo intentas mataremos a tres manatíes, así que ten cuidado, muchacho»). Me informan de que no han podido cobrarme y que mire a ver qué pasa que quieren el dinero de una maldita vez. Es sencillo, no tengo 500 euros, no me los puedes quitar, chincha rabiña, que no tengo ni una piña.

Esa misma tarde quise llamar. Me voy a buscar los horarios y los teléfonos. Una serie de 902 que, se supone, están en servicio hasta las 17:00 y hasta las 18:00. Son las cuatro de la tarde, llamo al primero, ni musiquita ni hostias, silencio. Llamo al segundo, musiquita, nada más. Las cinco de la tarde, una máquina en el de Pequeñas y Medianas empresas, «… le recordamos que el horario de nuestro servicio de atención al cliente es de lunes a jueves con horario nueve a dieciocho horas y los viernes de nueve a catorce horas». Cuelgo cabreado. «¡Vete a tomar por el puto culo maldito replicante bastardo!». Vuelvo al «Contacte con Dell mediante correo electrónico» y pruebo a rellenar el formulario sin número de cliente, el javascript no me deja, confío en que sólo validen que se ha introducido algún texto, escribo «none». En la caja de texto les explico lo que ha pasado y de paso me quedo a gusto contando mi mala experiencia con su página exigiendo una pronta y satisfactoria resolución. Permite enviar. Dudo entre lo bien y mal que estaría escribir otro correo insultándoles y explicando cómo poner un enlace en HTML a una página que gestione las cancelaciones de pedido para que no me roben mediante la línea de teléfono. Me rajo, eso no lo haría ni en el LIDL.

La solución, no pagar

Recibí un par de correos más avisándome de que era imposible realizar el pago. Se tratan, lógicamente, de plantillas donde automáticamente se cambia el número del pedido y se envía, así que el texto es siempre el mismo. Ni bien ni mal. El problema es que las explicaciones que da DELL sobre lo que está pasando son genéricas y por ese motivo pueden no ser útiles en según qué casos. Por ejemplo en el mío, ellos dicen en uno de los correos:

  • El titular de la tarjeta es distinto al nombre de la persona de contacto facilitada en los datos de facturación
  • La tarjeta está domiciliada en una dirección distinta a la dirección de facturación facilitada en el pedido
  • Datos de tarjeta incorrectos facilitados en el pedido – Numero de tarjeta, Fecha de caducidad, Dígitos de control etc.
  • Todas las tarjetas de crédito están limitadas. Hay que contactar con su banco para que le aumenten el límite. Detalles de tarjeta incorrectos

Y en otro, más de lo mismo:

  • El nombre registrado en la tarjeta es diferente al nombre que aparece en la orden
  • La tarjeta tienen una dirección diferente a la dirección que aparece en la orden
  • En la orden aparecen datos erróneos de la tarjeta – Número de la tarjeta, fecha de vencimiento, código/número CSC, etc.

En ningún momento especifican que no hay dinero en la tarjeta. Esto puede deberse a que se da por hecho que la tarjeta es de crédito y si en algún momento la cuenta no tiene un saldo suficiente (lo que se conoce como pagar al contado) se efectúa un crédito con esa tarjeta (se coge dinero del banco que sea y ese dinero se le pedirá posteriormente al titular de la tarjeta). Afortunadamente para mí, como ya dije antes, no me lo pudieron cobrar porque no dispongo del efectivo necesario. ¿Qué hubiera pasado si hubiese sido más rico? Bueno, pues que utilizaría a un negro para escribir el blog por mí en lugar del mono que me lo mantiene actualmente y que me hubiese tocado llamar al banco relacionado con la tarjeta con la que se pagó para anular cualquier recibo de DELL. Eso antes de que consigan cobrármelo. Si no estamos rápidos el envío se da por bueno y por mucho teléfono y correo de mierda que ofrecen tienes que esperar a que llegue el paquete (con todo lo que querías haber comprado -y pagado- y lo que no) para plantear una devolución y mandar de vuelta lo que no quieras corriendo tú con los gastos de envío. Y ojo, que no estamos hablando de una carta o un fax, seguramente se trate de una caja enorme. De esta forma te tienen bastante pillado por las pelotas. Por suerte se han estirado con el tiempo de devolución, 9 días desde la llegada, que si bien no es una eternidad, es más que suficiente como para coger lo que sea y plantarte en una oficina de Correos.

El domingo me llegó otro mail automático más (normal por otra parte, es un domingo) explicándome que definitivamente habían cancelado mi pedido. El motivo es que habían intentado cobrarlo demasiadas veces y ninguna tuvo resultado, es decir, que mi pedido se salió del bucle y terminó en el recolector de basura. Perfecto, no es necesario encararme con ningún 902 ni esperar la respuesta (si es que iba a haber alguna) del formulario de contacto (ahora mismo, lunes por la mañana, no han dicho nada).

Volviendo a empezar

Ese mismo mediodía abro Firefox y accedo a DELL, los descuentos todavía están vigentes así que mi intención seguía siendo la de comprar la pantalla en cuestión, esto era ya por orgullo propio. Así pues volví a la casilla de salida, rellené el formulario una vez más, realicé el pago y no hubo respuesta instantánea por mail, pero sí un SMS en el móvil que me confirmaba el cargo de 237,16€ referentes a la tienda de DELL en la cuenta tal.

Ya está en camino, fin de la odisea.

Quiero dejar esto bien claro, no tengo ninguna intención de poner en duda la calidad de los productos de DELL pues lógicamente ahora que he depositado mi confianza y mis pelas en ellos espero que el monitor sea cojonudísimo. Pero sí quiero decir que su pasarela de pagos deja mucho que desear, que me parece una gitanada todo el proceso de cancelación de pedido y que el servicio de atención al cliente no cumple sus horarios (los que vienen en la web). Dicen que las comparaciones son odiosas pero todos sabemos que necesarias, este mismo fin de semana me gasté los 8,95€ de Snow Leopard en la web de Apple y el proceso me llevó un minuto de reloj, no intentaron venderme ninguna moto por el camino y todos los pocos pasos que tuve que dar fueron muy claros.

Y ya dejo de daros la chapa con las cosas que me compro. Pero sólo porque no tengo un puto duro, ¿clic?, porque me queda un último objetivo entre ceja y ceja.

Visto en: Mejor precio y calidad.

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Pensando en alto Tecnología

Buy Tamiflu

Últimamente me llaman la atención dos cosas de la publicidad. La primera, que te ofrezcan insistentemente productos a los que no puedes acceder. No me refiero a que me pare por la calle un comercial de Porsche intentando convencerme de la calidad de sus deportivos o de por qué debería tener uno, además de que daría una pésima imagen corporativa. Me refiero a que varias compañías telefónicas llaman al teléfono fijo de mi casa ofertando sus rapidísimas y baratísimas líneas ADSL o por cable cuando a mi calle no llega nadie más que Telefónica. Con esto pasan tres cosas, que o bien les explicas que están mal informados porque no podría contratar eso debido a la falta de infraestructura, les cantas un villancico, o bien les sigues el rollo siendo amable y cortés hasta que ellos mismos se ponen colorados intentando explicar que «debido a un error de nuestro departamento de ventas hemos de informarle de que no podemos ofrecerle el servicio acordado en la zona donde reside». Todo muy cómico y que suele terminar con un «¿Y para qué diantres me llamas, carapito?».

Y la segunda cosa es el SPAM (que a mi me gusta escribir en mayúsculas) que llevo recibiendo tanto en las cuentas de correo como el que detiene Akismet.

El SPAM del miedo y la necesidad

Hasta ahora cuando abría esos buzones me solía encontrar con el SPAM típico, el que llegas a echar de menos cuando no está, ese correo que insiste en regalarte una fortuna de un premio de lotería africano, una herencia, relojes falsos baratos, software tirado de precio, palés de Viagra, preciosas parejas de origen ruso o los más que conocidos sistemas de alargamiento de mástil. No sé, esa clase de SPAM a la que uno le coge cariño. Y es que no hay nada más triste que abrir Gmail y ver que no tienes ni correo basura para limpiar, que ni las garrapatas de internet se han acordado de ti.

Ahora ese entrañable mensaje ha mutado, de ofrecerte servicios prescindibles (todos podemos vivir con nuestros penes de 23 centímetros, ¿verdad?) ahora atacan por la vía del miedo y la confusión. Malo, SPAM, malo.

Esta captura muestra unos mensajes de mierda internetera que no pasaron de Akismet;

Compra Tamiflu

«Compra Tamiflu», ¿por qué? Por que de lo contrario morirás. Van a saco. No son tan explícitos pero se pilla la idea. La famosa gripe de los gochos parece no tener un fin próximo y aunque no me parece algo tan alarmante (yo pasaré de vacunarme, lo tengo claro) es una fuente de ingresos, porque nadie necesita estar palote mas tiempo o con más firmeza para vivir, es un extra, pero todos necesitamos vivir. Y estos perros viejos lo saben. ¿Quieres hacer tu polla más larga o quieres hacer tu vida más larga? La prioridad está clara (para casi todos).

No me he molestado ni en hacer ni en buscar un estudio que indique la efectividad de este nuevo tipo de SPAM, imagino que los que estamos acostumbrados a pasar por sistema del de los Rolex de palo pasaremos también del de los medicamentos. Pero sí estoy al tanto de que cada vez hay más hipocondríacos y que, sobre todo en Estados Unidos, la gente se medica sin el control que ello precisa, es decir, que sí es fácil encontrar un público dispuesto a comprar el conocido Tamiflu, y que no me extraña, si hay personas que se gastan el dinero en un Colt de imitación comprado destrangis porque creen que puede salvarles la vida, ¿cómo no van a pillarse las pastillas a bajo precio si tienen la misma función y pesan menos en el bolso?

Visto en: Si no enlazo al vídeo de los Python me disparo yo mismo.

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Pensando en alto

Puntos cardinales en carteles de carreteras

Siempre pensé que los puntos cardinales (Norte, Sur, este y oeste) se escriben comenzando con letra mayúscula sin ninguna excepción. Hace un par de días me fijé en una foto de Fi donde se ven unos carteles de autovía mostrando el acceso a Salamanca y lo ponía como «Salamanca (sur)» y «Salamanca (oeste)», con los puntos cardinales en minúscula. Puedo haber leído miles de carteles de ese estilo y no me he fijado hasta esta semana, así funciono, me descojono si paso por Guarromán o por Cabezón de Pisuerga -que me pilla más a mano- y me pongo melancólico si veo un toro de Osborne, pero esos detalles se me escapan.

Con la duda en el cuerpo me puse a investigar y afortunadamente el tema ya se había planteado en los foros de WordReference. Y no sé qué pensar. Según se desprende de la RAE:

4.13. [Llevan mayúscula] Los nombres de los cuatro puntos cardinales (Norte, Sur, Este, Oeste) y de los puntos del horizonte (Noroeste, Sudeste, etc.), cuando nos referimos a ellos en su significado primario, como tales puntos, o cuando forman parte de un nombre propio: La brújula señala el Norte; La nave puso rumbo al Noroeste; Corea del Norte; la Cruz del Sur. También se escriben con mayúsculas los casos de Polo Norte y Polo Sur. Sin embargo, cuando los nombres de los puntos cardinales o de los puntos del horizonte están usados en sentidos derivados y se refieren a la orientación o la dirección correspondientes, se escribirán en minúscula: el sur de Europa, el noroeste de la ciudad, el viento norte. También se escribirán en minúscula estos puntos cuando estén usados en aposición: latitud norte, hemisferio sur, rumbo nornoroeste. En el caso de las líneas imaginarias, tanto de la esfera terrestre como celeste, se recomienda el uso de la minúscula: ecuador, eclíptica, trópico de Cáncer.

Y en estos carteles, puede pensarse que se refieren a ellos en su «significado primario» y al mismo tiempo «en sentidos derivados y se refieren a la orientación o la dirección». En un cartel de carretera no se escriben frases. No hay verbos. Se utilizan las mínimas palabras posibles: «Valladolid (norte) – 2km». Y ya con eso se entiende que el primer acceso desde Palencia a Valladolid se encuentra a un par de kilómetros. Y que si pone «(sur)» es que vienes desde Tordesillas.
Por ese motivo de economía de caracteres chocan las mayúsculas y las minúsculas, ¿verdad?

No sé, a mí no me han aclarado gran cosa, será que estoy torpe.

Visto en: Filogia.

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Pensando en alto

Que te feliciten por una compra

Desde que compré el MacBook Pro (y se me llenó el blog de gente) hasta hoy (y siguen por ahí) se ha repetido una conducta que ya me parecía extraña de antes pero que me ha terminado de descolocar ahora, lo de «Felicidades por la compra». No lo entiendo. No sé el oscuro motivo que hay detrás (si lo hay) de una frase de ese estilo. Unos ejemplos para que abrir boca:

Situación A:

  • Nos hemos comprado un coche, un familiar, para ir a gusto con el pequeñajo.

Respuesta A:

  • Anda, pues me parece muy bien, que lo disfrutéis con salud. Felicidades por la compra.

Situación B:

  • Me he comprado en eBay un pergamino que dice que un trozo de la Luna es mío.

Respuesta B:

  • Ah. Pues enhorabuena por la compra.

Se observa que en el supuesto A la persona que responde denota cierto júbilo y aprobación con el hecho de que el interlocutor se haya comprado un coche más grande para meter a la familia. En el caso B está claro que no le importa una mierda lo que ha hecho con el dinero su compañero de guión. Aquí podríamos ponernos el delantal y debatir abiertamente sobre la diferencia entre «felicidades» y «enhorabuena», pero es una guerra que tengo perdida así que preguntad a Ellohir si estáis interesados en el tema.

Entonces, cuando se dice esa frase, ¿es por alguno de esos dos motivos o es un estándar de las relaciones humanas sin sentido? Porque si fuese al revés, se entendería a la primera: «Ya por fin he vendido mi coche/parcela en el Mar de la Traquilidad», «Ah, pues perfecto, sí, sí, mejor, felicidades». La persona ha hecho lo que quería pero además ha sacado beneficio económico, y como esto puede considerarse un logro, se le felicita.

Pero comprar no es un logro, ni un éxito, ni nada que requiera esfuerzo de por sí. Quiero decir, si un primo nuestro vuelve a casa por Navidad después de haber coronado el Everest vestido de Winnie the Poo pues se le da la enhorabuena por el ascenso a la montaña y se le felicita por ser tan cachondo como para ponerse ese disfraz, ha sido necesario mucho esfuerzo físico y mental y se le recompensa verbalmente. Perfecto.

Cuando nos felicitan por una compra suele ser por algo «caro», y lo entrecomillo porque a lo mejor comparativamente no era el más caro de su categoría, pero sí suele ser algo que no puedas comprarte una vez al año, o ni cada cinco años, o para muchos más si es una casa (donde podría entender que se le felicite al nuevo vecino, no por el desembolso, sino por el hecho de vivir a su aire). Nadie me ha dicho «Hey, enhorabuena por la compra» cuando he comentado que he ido al Eroski a por unas pizzas. Ni la cajera (y sobre esto habrá post, fíjate tú). Y esto es así porque se entiende que a mí no me cuesta nada acercarme al supermercado ni gastarme 10€.

Y bueno, voy cerrando, que termino sin saber si se alegran por mí o se ríen cuando les digo me he comprado tal cosa y he palmado tanta pasta en el acto. Como dentro de unos minutos si me da la venada y me compro un monitor. Ya me felicitaré.

Visto en: Para todo lo demás, los circulitos de la Champions.